Huang Qi y Xu Wei

Xu Wei es un disidente político que lleva tres años en prisión sin siquiera sentencia: está acusado de subversión por haber publicado cosas contra la línea oficial en Internet.

Los que vivimos en Europa deberíamos pensar de vez en cuando en lo que tenemos y no tirar todas nuestras piedras dialécticas contra nuestro propio tejado, porque hay otros lugares donde hay que lanzarlas con más urgencia: aquellos en los que la gente es encerrada durante diez años, como Xu Wei, simplemente por expresar sus opiniones.

Así sucede en China, donde hay personas que están perdiendo su vida en la cárcel sólo por hablar. O en Corea, en Afganistán, Pakistán, Irak, Irán; en Cuba, cuya censura y encarcelamiento de disidentes tantos vergonzosamente silencian e incluso alaban; en Filipinas, donde son más de 50 periodistas asesinados, Uzbekistan, Maldivas, Costa de Marfil, Nepal y casi todos los países musulmanes, en los que la libertad de expresión es la excepción, no la norma.

Kenneth Rexroth, el gran poeta americano, se preguntaba hace más de veinte años, ante la afición de tantos por la alienación: «¿Alienado quién respecto a qué?». Mucha de la verborrea supuestamente antiburguesa que ahora vuelve a oírse es una falta de respeto con aquellos que no sólo están alienados, sino enmudecidos.

Además, por supuesto, debemos criticar lo malo que existe entre nosotros y los intentos de limitar nuestra libertad de expresión (como ahora sucede en Estados Unidos y otros países de Occidente), pero distribuyamos con un poco más de ecuanimidad nuestra indignación, porque hay muchísima gente que la merece mucho más.

Junto a Xu Wei fueron encerrados sus amigos Jin Haike, Yang Zili y Zhang Honghai. Todos condenados a ocho o diez años de cárcel por expresar sus ideas. Ideas que, además, no consistían ni en apologías del genocidio, del racismo, del terrorismo ni nada parecido, sino sólo en pedir un cambio político por medios pacíficos y publicar cosas como el testimonio de una madre a cuyo hijo mató a golpes la policía en una protesta.

Otro periodista encarcelado es Huang Qi, quien escribió en su página web, poco antes de ser detenido:

«Aún queda mucho camino por recorrer. Les doy las gracias. Gracias a todos los que se han esforzado por la democracia en China. Han llegado. Hasta pronto».

A mí leer esto me recuerda de inmediato cosas semejantes durante la dictadura franquista, cuando en casa de mi madre se refugiaba gente perseguida por la policía y nosotros mismos estábamos expuestos, con plena conciencia, a que nos pasara lo mismo que a Xu Wei o Huang Qi, a que en cualquier momento llegara la policía y acabáramos en la cárcel.

huangqi

Huang Qi

Afortunadamente, hay muchas páginas en Internet dedicadas a la libertad de expresión. Algunos enlaces:

Amnistía Internacional: puedes ver su página dedicada a China

Reporteros sin fronteras, donde se ofrece una guía para la ciberdisidencia, no la ciberdisencia de salón que tanto abunda (¿disencia respecto a qué?) sino para mantener el anonimato en los países en los que puedes acabar en la cárcel por expresar tus opiniones: Guía práctica del blogger y el ciberdisidente

IFEX ( Intercambio Internacional por la libertad de expresión)

 

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[Publi­cado en octubre de 2005 en Mundo Flotante]

One Comment

  • danieltubau

    Daniel Tubau comentó en octubre de 2005:

    Ayer hablaba del disidente chino Xu Wei. Quería hablar de otros dos chinos llamados Xu Wei, pero al escribir todo aquello me quedé con pocas ganas.

    Intento escribir lo menos posible de política en esta página (excepto cuestiones ya históricas), pero cuando lo hago me da reparo poner poco después otras entradas. Espero así evitar eso que pasa con los telediarios: te cuentan una cosa horrenda, empiezas a pensar en ello y al instante te olvidas porque te cuentan que Ronaldo se ha roto el menisco.

    Pero ahora que el ambiente político en España se está poniendo irrespirable otra vez, con las discusiones acerca del estatuto catalán, prefiero alejarme del ruido y la furia lo más posible y subir cosas menos crispantes, o al menos que no sean tan de actualidad. No veo la tele nunca, he dejado de oír la radio para no oír las insensateces que dicen unos y otros y que crispan a cualquiera, porque parece que con la política se grita más de lo normal, no sé por qué, pero sospecho que es porque,como decía Leonardo Da Vinci: «Dove se grida non é vera sciencia». Estoy pensando si también dejar de leer los periódicos, todos los periódicos. Parece que se acabó el pequeño oasis y vuelven los malos tiempos.

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