Helena de Troya y la maldición
El día 21 de marzo de 2023 estuve en Jaca, en las jornadas feministas de los “Diálogos morados en jaque” para hablar de Helena de Troya. Fue una charla muy entretenida con Carlos Gurpegui. Esta es la primera parte.
(Algunas notas o correcciones en color verde)
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OLVIDO MORATINOS: Estamos con Daniel, escritor y ensayista y vamos a ver, entiendo, el entorno de la mujer alrededor de la escritura y sobre todo de la mitología. Yo creo que vamos a ver enfoques muy diferentes de la mujer. Como creo que me habréis oído decir muchas veces, las reivindicaciones de la mujer no solamente las tienen que hacer las mujeres, sino que las tiene que hacer la sociedad en general, los hombres, las mujeres, los jóvenes, los niños y las niñas. Y hoy es una clara muestra de ello, que es un “diálogo morado en jaque”, pero no con una mujer, sino con un hombre, porque toda la sociedad tiene algo que aportar.
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Y sin más, voy a leer el pequeño currículum de Daniel, pero a ver si lo consigo, que no lo veo muy bien. Lo voy a intentar. Daniel Tubau se convirtió en escritor a los 18 años gracias a su madre, Victoria, que le animó a llevar sus cuentos de terror a una editorial de terror.
(DANIEL: “De terror, empecé con eso, con terror, sí”).
También le compró el primer libro sobre mitología griega. De ella aprendió ya en la infancia la importancia del feminismo. Tubau ha escrito cerca de mil guiones y ha publicado más de una docena de libros, como No tan elemental: como ser Sherlock Holmes, La verdadera historia de las sociedades secretas, Sabios ignorantes y felices, lo que nos enseñan los antiguos escépticos, y muchos más. Es profesor de guión, literatura y creatividad. Entre sus docencias está la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños de Cuba, en la que ha ejercido este febrero. Helena de Troya juega un papel importante o protagonista en dos de sus ensayos, Elogio de la infidelidad y Maldita Elena, en sus ensayos, Elogio de la infidelidad y Maldita Helena, en el que combinando mitología, feminismo y escritura, presenta una Helena muy distinta del tópico de mujer matadora de hombres y destructora de ciudades. Mujeres de ficción como Helena de Troya fueron más libres que las que vivieron en sociedades históricas.
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OLVIDO: Que sepáis que encima de la mesa tiene el libro de Maldita Helena, con lo cual yo creo que nos vamos a centrar en Maldita Elena. Pues muchísimas gracias. Gracias Carlos, una vez más, coordinador de estas fórmulas y persona que dialoga en este caso con Daniel. Muchas gracias a todos.
CARLOS: Muchas gracias, Olvido Moratinos. Gracias, Daniel Tubau.
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CARLOS: Gracias, gracias. Por venir, estar, conversar y compartir cultura de género, conocimiento y, bueno, antes hemos hablado del Diccionario de mitología universal que tu madre te compró, de Carlos Gaytán, ¿verdad?
DANIEL: Carlos Gaytán es un libro mexicano de una editorial que se llamaba Diana, y lo compré en Madrid, en la Cuesta de Moyano, donde se venden libros antiguos. Ahí, mirando libros lo vi y dije: “¡Ay qué bonito este que hay aquí!”. Había un centauro en la portada… No, era el minotauro, el minotauro, luchando con Teseo.
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Y dije, ah, que bonito, y me dijo, “Si lo quieres te lo compro”, y ya, a partir de ahí, entró la mitología completamente, ¿no?
CARLOS: Fue tu inicio de una love story, ¿verdad?
DANIEL: Sí, exactamente. Pues ahí empezó. Y ya no ha acabado, desde entonces.
CARLOS: Hablábamos de Helena y vamos a abordar varias mujeres míticas, pero claro, hemos mencionado ya a la matadora de Hombres, destructora de Ciudades. Los corsés ese concepto del corsé, físico, anatómico, estereotipo, arquetipo, moral. La mujer y los corsés, es un poco locura ¿no? En los relatos, en la novela, en la mitología en los relatos, en la novela, en la mitología.
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DANIEL: Sí, efectivamente, el personaje de Helena lo asociamos mucho con este asunto: que es destructora de ciudades y matadora de hombres. Helena se quedó en ese estereotipo y quedó con esa característica de que llevaba a la perdición a los hombres, que destruía civilizaciones enteras, y que Troya que cayó por culpa suya, etc. Penélope, por ejemplo, quedó con otro corsé también, el de la mujer que espera pacientemente a su marido durante 20 años y que se queda ahí, en la isla de Ítaca, hasta que regresa Ulises, ¿no? Y cada una representaba un modelo, ¿no?
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Son dos modelos de mujer que en la antigüedad eran: el modelo a imitar, que era Penélope, y el modelo a no imitar, que era Helena. Curiosamente ahora las cosas han cambiado. Ahora pensamos más bien que Helena es el modelo a imitar y que Penélope es el modelo a no imitar. Cuando pensamos en Penélope, pensamos en la mujer que se queda en su casa esperando pacientemente… Hay un poema de Yorgos Seferis que cuenta que Penélope espera veinte años y cuando llega Ulises ya anciano, ella dice: “He estado esperando todo este tiempo para este hombre, y ahora lo veo y veo que no tengo nada que ver con el”.
(CORRECCIÓN: el poema no es de Seferis, sino de Yiannis Ritsos. Puedes leerlo a continuación:
La desesperación de Penélope
No era que no le hubiera conocido a la luz del hogar, no eran
los andrajos de pordiosero, el disfraz, -no, había señales claras:
la cicatriz en la rodilla, el vigor, la mirada astuta-. Asustada,
apoyando la espalda en la pared, buscaba una justificación,
un pequeño plazo de tiempo, para no contestar,
no traicionarse. ¿O sea, que para ése había gastado veinte años,
veinte años de espera y de sueños, para ese desgraciado,
el barbicano empapado en sangre? Se arrojó sin voz en una silla,
miró despacio a los pretendientes muertos en el suelo, como si viera
muertos sus propios deseos. Y “bienvenido” dijo,
notando extraña, lejana, su propia voz. En el rincón del telar
llenaba el techo con un enrejado de sombras; y cuantos pájaros había tejido
con hilos rojos y luminosos sobre follajes verdes de repente,
aquella noche del regreso se tornaron gris ceniza y negros,
volando bajo en el cielo plano de su aguante último.(De Yannis Ritsos, Piedras. Repeticiones. Barrotes, 1972.
Traducción: Román Bermejo, en Yannis Ritsos, Paréntesis. Testimonios I, Barcelona, 2005. Ver en PAU ( EBAU) Latín y Griego)
A muchos, el poema les recordará la canción de Joan Manuel Serrat “Penelope”, que cuenta una historia parecida. Otra canción inspirada en el mito de la esposa modelo es la hermosa canción de Georges Brassens, que puedes escuchar aquí:
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Pero también hay un rasgo de Penélope que hay que tener en cuenta, que es que ella en la isla de Ítaca es la reina en ausencia de Ulises, y es realmente la que manda a Ítaca y aguanta veinte años a todos esos pretendientes y todos esos acosadores que están queriendo que se case con uno de ellos para convertirse en reyes de Ítaca. También tiene su mérito, como su estratagema del tapiz que borda y deshace cada noche para que vaya pasando el tiempo. Es un personaje también muy interesante. Pero ahora seguramente pensamos más en Helena como una mujer más decidida, que hace más cosas, que sale de Esparta… Y bueno ya hablaremos de eso, porque hace muchos viajes Helena, no solo el de Troya. La llamamos Helena de Troya o Helena de Esparta pero en realidad en mi libro visita 31 lugares, hay un mapa al final con los 31 lugares donde se sabe que estuvo Helena y sucedió algo en cada lugar.
CARLOS: Ahora, ¿por qué mola más o gusta más Helena?
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DANIEL: Porque es una mujer autónoma o que puede decidir por sí sola. Claro, no tiene una plena autonomía evidentemente, porque también es llevada de aquí para allá. Podríamos decir que sí que tiene ciertos momentos… Es un mito, naturalmente. Hablaremos de ese aspecto interesante de si existe una mujer real detrás de ese mito, o si podemos adivinar que hubo una mujer en la que se inspiró, o en algún tipo de personalidad, ¿no? Pero sí que tiene ciertos momentos de autonomía curiosos. Uno de ellos, dentro del mito, es que cuando la pretenden todos los guerreros de Grecia antigua, bueno, de la época micénica (hablaremos de eso después, dentro de un momento)… La pretenden todos y van allí a intentar casarse con ella, y entonces el padre, Tindáreo, parece que le deja elegir al hombre con el que se quiere casar, cosa que no parece que fuese tremendamente frecuente, pero a ella y a Clitemnestra, su hermana, les deja elegir al hombre.
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Eligen a Menelao, ella elige a Menelao; y Clitemnestra, su hermana, elige al hermano de Menelao, a Agamenón. Después todo esto va a acabar muy trágicamente, todo este asunto… Pero parece que hay una elección primera ahí. Y después, en el momento cumbre de Helena, que es lo del rapto de Paris. Se dice “el rapto” de Paris, pero muchas de las versiones aseguran que se fue voluntariamente. Hay mucha discusión acerca de si fue un rapto violento, por sorpresa, durante la noche, que Paris se llevó a Helena, o si ella se fue voluntariamente con él. Y más bien se inclinan a pensar que se fue voluntariamente, fue un acto de decisión propia.
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Después en Troya también momentos interesantes y es un personaje curioso. En Homero tenemos toda su participación en la Ilíada, naturalmente, donde Troya está siendo asediada y la vemos en muchos momentos, pero después también aparece en la Odisea. Hay un momento en el que el hijo de Ulises Telemaco, va a Esparta y ahí está reinando Helena con Menelao y da la sensación, por como lo cuenta Homero, de que es reina con tanto poder como Menelao, no es la reina consorte, es reina con el mismo poder. Sin pedir permiso a Menelao, habla y empieza a decidir cosas. Hay, pues, una parte muy bonita, muy interesante de Elena cuando regresa y se vuelve a convertir en reina de Esparta y también ahí tiene autonomía hasta cierto punto, podríamos decir.
CARLOS: Otto Rank decía que sobre Elena pensaba una profecía familiar.
DANIEL: Sí efectivamente había una profecía por su abuela. Una profecía que a lo mejor hoy ya no nos parece una profecía tan terrible, pero que en ese momento parece que sí lo era: “mujer de muchos hombres”. Se decía que la abuela había estado con dos hombres. Que había abandonado a uno y se había ido con otro. Y entonces dijeron: todas las generaciones de mujeres que nazcan de aquí van a ser mujeres de muchos hombres. También le pasa Clitemnestra, la hermana, cuando Agamenón, el gran general de los griegos regresa a Micenas donde reinaba y Clitemnestra lo mata. Está con otro hombre en ese momento y mata a Agamenón. Existe una maldición que pesa sobre ellas en este sentido.
Continuará…