«Mosca y Caja conocen a Berkeley» (2ªparte)

En esta primera página de los Tres diálogos entre Hylas y Philonus, ese libro delicioso más allá de toda medida, George Berkeley deja bien claras sus intenciones:
«Demostrar la realidad y la perfección del conocimiento humano, la naturaleza incorpórea del alma y la Providencia absoluta de la DEIDAD, en oposición a los ESCÉPTICOS y ATEOS»
Para conseguirlo, tanto aquí como en sus Principios del conocimiento humano, el obispo Berkeley tomó un camino tan insólito que los propios partidarios del Dios cristiano no supieron qué pensar: Berkeley negaba la existencia del mundo material… a no ser que fuera percibido por Dios.
Berkeley planteó la pregunta: «¿Haría ruido un árbol que cayese en el bosque si nadie lo oyese?», y respondió: «Por supuesto que no, ese árbol no sólo no haría ruido, sino que ni siquiera existiría».
A no ser que lo viera Dios, claro, que todo lo ve en todo momento.
Pues bien, en la primera aventura de Mosca y Caja dedicada a Berkeley, Mosca se sintió muy satisfecha con la filosofía de Berkeley, pero Caja, como vamos a ver, sigue inquieta.
Antes de descubrir las inquietudes de Caja, puedes leer la primera parte con este enlace: «Mosca y Caja conocen a Berkeley«)
Deja una respuesta