“El medio es el masaje” Paradoja nº2 EL MEDIO ES Y NO ES EL MENSAJE
| Las 42 paradojas del guionista
EL MEDIO ES Y NO ES EL MENSAJE
| Las 42 paradojas del guionista
Los primeros capítulos de Las paradojas del guionista se preocupan por uno de los asuntos más importantes en la creación artística: entender el medio para el que se trabaja. Por ello, me detuve a analizar algunos de los medios más importantes relacionados con el cine: la literatura, la música, el teatro, el comic. Aunque el tema da para escribir un libro extenso, me limité a resumir algunos de los aspectos que creo son más interesantes para el trabajo del guionista. En cualquier caso, la parte del libro dedicada a los diferentes medios termina con un capítulo que expresa con claridad una nueva paradoja: “El medio es y no es el mensaje”.
Como es sabido la frase “El medio es el mensaje” es una de las más célebres del más célebre de los teóricos de la comunicación, Marshall McLuhan, un pensador canadiense que en los años 60 revolucionó el mundo de la cultura con frases extravagantes y teorías que descolocaron a todo el establishment hasta convertirse en un verdadero icono pop. McLuhan resumió en esa frase, “El medio es el mensaje”, una idea poderosa. Hasta entonces, la teoría de la comunicación, e incluso cualquier persona medianamente educada, distinguía entre medios y mensajes: los medios transmiten mensajes, es decir, información. Ahora McLuhan nos decía que el medio es en sí mismo el mensaje, que el medio mediante el que es trasmitido un mensaje determina, modifica y cambia la recepción y percepción de ese mensaje. El mismo suceso, contado en televisión, en cine o en un periódico, es percibido de distinta manera. Es una idea que sin duda se podría conectar de manera desviada, pero interesante, con el famoso dicho de Werner Heisenberg aplicado a la mecánica cuántica. “El observador modifica lo observado”. En este caso, no es el observador humano, sino el medio que tranmite el mensaje lo que modifica y transforma ese mensaje.
Otra manera de expresar la idea de McLuhan es la frase no menos célebre de Andy Warhol: “Todos tenemos derecho a nuestros 15 minutos de fama”. Es decir, tenemos derecho a nuestros 15 minutos de presencia en televisión, algo que se está haciendo realidad hoy en día (y no tanto en la época de McLuhan y Warhol), en los programas de tele- realidad como Gran Hermano, pero también con los contenidos digitales en Internet, ahora accesibles a casi todo el mundo, y que permiten a cualquiera mostrar lo que hace o mostrarse a sí mismo sin más. La frase de Warhol indicaba la importancia de aparecer en los medios adecuados si realmente quieres esos quince minutos de fama.
El medio es el mensaje en Mad Men
En un capítulo de la serie Mad Men, la secretaria Joan Harris se acerca a otra secretaria, Peggy Olson, para decirle que los creativos quieren que colabore en un proyecto. Peggy se extraña se extraña y alegra, pero no entiende por qué no se lo han dicho ellos directamente y han enviado a Joan. Es entonces cuando Joan responde: “Ya sabes, el medio es el mensaje”. Es decir, traducido vulgarmente (pues siempre es vulgar traducir las sutilezas y juegos): “Parece que empiezas a ser importante, pero no tan importante. Me envían a mí porque no mereces un mensaje directo, todavía”.
Que Joan diga eso es, según parece, un anacronismo, pues en la época en la que trascurre la serie, McLuhan no había popularizado la expresión. Faltaban tres o cuatro años. Pero algún fan ha defendido a Joan Harris y a Matthew Weiner (el creador de la serie) y argumenta que Joan podría haber asistido como oyente o alumna a una de las clases de McLuhan en Canadá, donde ya había expresado esa idea.
Marshall McLuhan en Annie Hall
Además de ser entrevistado en todos los medios (nunca se podría decir de un modo más adecuado), la radio, el cine, la televisión o la legendaria entrevista en la revista Playboy, McLuhan también apareció en la película más famosa de Woody Allen, Annie Hall.
Una predicción
Estoy convencido de que esta paradoja (El medio es y no es el mensaje) pronto dará origen a una interpretación mucho más compleja y también muy interesante. Es algo de lo que hablo en El guión del siglo 21, dedicado a las nuevas narrativas audiovisuales, en el que confirmo algunas intuiciones que deslicé en Las paradojas del guionista. Es el primer paso hacia algo que creo sucederá en un futuro un poco más lejano, como lo cuento en un relato de Recuerdos de la era analógica que se llama “La obra de arte en la época de la reproducción malebranchiana”, cuando la distinción entre medios y mensaje se haré especialmente complicada. Siento ser críptico, pero explicarlo más disminuiría el placer de la lectura de Recuerdos de la era analógica.
EL MEDIO ES EL MASAJE
Mucha gente recuerda la frase de McLuhan “El medio es el mensaje”, pero se burlan de quienes lo citan diciendo “El medio es el masaje”. Lo cierto es que McLuhan también escribió El medio es el masaje, un delicioso y encantador librito, en colaboración con el artista gráfico Quentin Fiore.
El libro se convirtió ya entonces en un audiobook, en un disco de vinilo, al que se añadieron efectos del medio sonoro. En los dos vídeos siguientes puedes escucharlo, aunque está en inglés y requiere cierta atención, pues McLuhan nunca es trivial.
LAS PARADOJAS DEL GUIONISTA
Esta paradoja aparece en varios capítulos de Las paradojas del guionista:
Paradoja nº2 “El medio es el mensaje”
Una buena historia ha de sobrevivir al medio en el que es contada, ha de poder ser traducida a otro medio, pero el medio determina también la forma en la que es contada una historia. Todo el largo capítulo «Entender los medios» se dedica a este asunto. En primer lugar, recordando lo que era la paradoja original de McLuhan: «El medio es el mensaje». En los siguientes apartados se hace un repaso de algunos de los medios relacionados con la narración audiovisual y se continúa con un análisis del propio medio audiovisual. El último apartado se ocupa específicamente de la paradoja en sí y se le da la vuelta («El medio es y no es el mensaje»).
Las 42 paradojas del guionista es una serie de artículos en los que Daniel Tubau recupera las más de cuarenta paradojas que incluyó en su libro Las paradojas del guionista. Reglas y excepciones en la práctica del guión, e incluso añade algunas más, hasta llegar a 52 paradojas. O tal vez más, ¿quién sabe?
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