
Buddha
Según la tradición, Siddharta Gautama vivió entre el -543 o -566, y murió hacia el -478. Dataciones recientes sitúan la fecha de su muerte entre el -420 y el -368. Pero ninguna de estas fechas es segura.
Siddharta, conocido como Buda o Buddha, «el Despierto» o «Iluminado», o como Sakyamuni o «el sabio de los Sakyas», nació en una familia de la casta noble. Alguien advirtió a su padre de que su hijo le abandonaría y también su reino si conocía el mundo exterior, así que lo mantuvo encerrado en el palacio entre fiestas, placeres y todo tipo de lujos.
Un día o una noche, Buda salió del palacio, quizá con la ayuda de un auriga, y en su paseo vio a un hombre enfermo, a un anciano y un cadáver. Descubrió de este modo la enfermedad, la vejez y la muerte y, como se temía, abandonó su palacio, para buscar una respuesta a esos males.
Buda decidió practicar el ascetismo extremo, imitando a los sabios de los bosques y las montañas, pero acabó dándose cuenta de que no se podía alcanzar ningún tipo de salvación martirizando el cuerpo.
Finalmente, tal vez sentado bajo un árbol, comprendió la verdadera naturaleza del dolor (que explicó en sus Cuatro Nobles Verdades). También descubrió el camino que lleva a la liberación del dolor (el Noble Óctuple Sendero).

El camino de Buda fue llamado por él mismo yana (barca, balsa o vehículo), por lo que las tres principales interpretaciones del pensamiento de Buda han sido llamadas Hinayana o Pequeño Camino o Vehículo, Mahayana o Gran Vehículo, y Vajrayana o Vehículo de Diamante. Es muy probable que todas los caminos budistas malinterpreten al Buda histórico. En mi opinión, su pensamiento debió coincidir con alguna de las doctrinas del Hinayana o pequeño camino, hoy minoritario.
La metáfora del camino, la vía o el vehículo, a menudo se expresa en el budismo con una barca. Se supone que la metáfora nos indica que una vez que hemos llegado a la otra orilla, la de la iluminación o descubrimiento de la verdad final del budismo, ya no necesitamos las herramientas que hemos empleado, ni la doctrina, ni las prácticas espirituales ni los logros mentales que nos han ayudado a conseguir llegar a la otra orilla, que pueden ser llamados dharmas o dhammas.
Es una metáfora, la de la barca (o la de la escalera que ya no necesitamos al llegar a la cumbre), que también empleó el escéptico Sexto Empírico, y mucho más tarde Wittgenstein, tal vez inspirado por la lectura de Sexto, aunque no podemos saberlo porque Wittgenstein tiene la costumbre de no mencionar casi nunca sus fuentes.
Pero la metáfora esconde algunas paradojas, como la que nos presentan aquí Mosca y Caja.
Si quieres conocer algunas de las cosas que he aprendido del budismo, puedes leer esta entrada: Cosas que he aprendido del budismo
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