Baikzouts en Irlanda

Cuaderno de Irlanda

 

En julio de 1994 estuve unos días en Irlanda. Tras pasar por Dublín , Cork y Bantry, me instalé en un pequeño pueblecito llamado Ahakista. Tan pequeño que no había pueblo, sino tan sólo un cártel en una carretera y cuatro o cinco casas desperdigadas, una taberna y uno de los mejores restaurantes japoneses en que he estado (Shiro’s). Allí alquilé una habitación en una casa junto al mar y una bicicleta con la que cada día hacia muchos kilómetros recorriendo la costa de las penínsulas del sur de Irlanda.

Viajar en bici es una de las situaciones en las que más ideas se me ocurren (otra es mientras friego los platos), supongo que porque el cuerpo está ocupado en una actividad física sencilla y la mente no se siente obligada a ofrecer resultados deslumbrantes, como sucede cuando te hallas en aquellas situaciones en las que tú mismo te obligas a obtener resultados, por ejemplo, con los codos apoyados en la mesa y con un libro delante.

Dicho así, parece una broma, pero hay razones para pensar que es precisamente eso lo que sucede y que las mejores ideas surgen, como decía Poincaré, cuando relajas la tensión y dejas de buscarlas de manera expresa. El problema es cómo registrar esas ideas cuando tienes las manos ocupadas en la bici o en los platos. En una ocasión grabé una cinta con todo lo que se me iba ocurriendo mientras fregaba, pero luego me dio cierta pereza transcribirla y tendría que buscarla para ver la calidad de esos pensamientos. Porque puede suceder lo que contaba Hitchcock cuando recordamos haber soñado ideas deslumbrantes: en una ocasión un guionista decidió no perder esas ideas y dejó una libreta junto a su cama; por la noche soñó una historia maravillosa y tuvo fuerzas para escribir en su libreta la idea principal. Cuando se despertó, corrió a leer lo que había apuntado: «Chico conoce chica».

Con los pensamientos en la bici tal vez sucede algo parecido: al releerlos te parece que no son gran cosa. Pero también hay que tener en cuenta que, como no tenía grabadora, estos pensamientos en bicicleta de Irlanda los escribí tiempo después de que se me pasaran por la cabeza y quizá lo que quedó en mi memoria era sólo un pálido reflejo de algo complejo que me ocupó durante varios kilómetros de pedaleo. Escribí en Irlanda unos cuantos baikzouts (biclicle toughts), que se pueden leer en este Cuaderno de Irlanda.

Irlanda
La bicicleta de Irlanda


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CUADERNO DE IRLANDA

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