2.6 Pensamiento, palabra y acción

Hay un asunto que interesa de manera muy especial a Demócrito, pero que Aristóteles apenas examina directamente en la Ética a Nicómaco (tal vez porque se trata de la condición implícita en la investigación misma), aunque al parecer sí lo hace en el Protréptico. Se trata de la adecuación entre la reflexión interna, el discurso o expresión pública y la acción. Así, dice Demócrito:
“Tres son las consecuencias de ser sabio: deliberar bien, hablar bien y obrar como se debe” (fr.830 y 831),
y critica a aquellos que:
“actuando de la manera más despreciable hacen gala de los más bellos discursos” (fr.700).
Pero el interés por esta cuestión lo muestra antes que nada el hecho de que Demócrito llegó a dar un nombre a la adecuación de pensamiento, palabra y acción: Tritogenia, que es también el título de uno de sus libros, en el que, al parecer, Atenea Tritogenia representaba la sabiduría, definida como esa adecuación. Que yo sepa, sólo en la India se ha creado un nombre (satya, si no recuerdo mal), y con ello formado un concepto, para dar sentido a la unión y consecuencia de esas tres facultades, que es la definición y descripción misma de la sabiduría y del sabio, mientras que en la tradición occidental es fácil hallar ejemplos de pensadores que rechazan incluso la idea de hacer coincidir lo que se dice que hay que hacer y lo que se hace efectivamente. Séneca, por ejemplo, dedica los últimos capítulos de su libro Sobre la felicidad a justificarse por esta aparente, para él, incoherencia; Schopenhauer también defendía vehementemente que el sabio no tiene por qué seguir sus propios consejos.
Se examina en este trabajo la ética de Aristóteles, tal como es expuesta en el primer capítulo de su Ética a Nicómaco. Y se compara con la ética de Demócrito.
Antes de proseguir, sin embargo, Aristóteles, se ve en la obligación de advertir que la política no es una ciencia exacta, por lo que no se debe esperar de ella proposiciones demostrativas. Con ello, la ética de Aristóteles choca frontalmente con proyectos como el de Spinoza, de exponer la ética more geométrico
Aristóteles, vimos antes, ha alcanzado la conclusión de que el fin de la política es la felicidad. En cuanto a qué sea esa felicidad o bien supremo, Aristóteles examina primero las tres soluciones que se corresponden con los tres modos de vida, sensitivo, político y contemplativo

