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Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau
Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau

Galería

Sócrates y los filósofos discutidores
Algunas opiones acerca de Tucídides y la guerra entre Esparta y Atenas
Sacro y profano CUADERNO DE VENECIA
¿Inventó Coca-Cola la felicidad?
El buenánimo de Demócrito y los peligros de la envidia
Es más fácil ver que escuchar
¿Ataca Tucídides a Pericles?
David Hume
Platón, ¿creador de la filosofía evasiva?

Lichtenberg, placer y dolor

Lichtenberg

Gladys Anfora cuenta un episodio de la vida de Lichtenberg:

«Lichtenberg conoció en 1777 a María Stechard, una joven vendedora de flores, de trece años de edad, analfabeta. «Nunca había visto tal dechado de belleza y dulzura». La invita a su casa, le enseña a leer y a escribir y le imparte otros conocimientos como manejar y mantener su instrumental eléctrico. «Descubrí que  en su cuerpo perfecto habitaba un alma tal como yo había buscado durante largo tiempo, pero nunca había hallado.» Desde 1780 viven juntos y son inseparables: «Cuando ella iba a la Iglesia era como si me faltasen los ojos y todos mis sentidos. En una palabra, se convirtió, sin la bendición sacerdotal (…), en mi mujer (…) Cada día la amaba más».

El 4 de agosto de 1782, María murió.

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Lichtenberg

 CUADERNO DE FILOSOFÍA


Cómo no ser un cenizo

Cómo no ser un cenizo

Reconozco que siento una gran afición por los pensadores que se muestran optimistas y que me aburren los depresivos y cenizos. El cenizo es aquella persona que no sólo sufre, sino que consigue fastidiar a los demás con su sufrimiento…

La búsqueda de la felicidad

La búsqueda de la felicidad

«Hay gente que dice que la vida no es más que un tejido de desgracias; lo cual viene a decir que la existencia es una desgracia; mas si la vida es una desgracia, la muerte es todo lo contrario: la…

La fama póstuma de Lichtenberg y la aviación

La fama póstuma de Lichtenberg y la aviación

Además de las buenas ideas que ofrece en sus aforismos, Lichtenberg era célebre por su capacidad predictiva, especialmente en el terreno de la psicología, pero ahora citaré un aforismo asombroso y certero: «¡Cómo se olvidarán algún día nuestros nombres por los…

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