Aunque algunas cosas han cambiado y la vacuna ha mejorado mucho la situación, seguimos preocupados la evolución de las nuevas variantes, que nos anuncian un comienzo de año inquietante. Pero algo hemos mejorado.

En lo que no ha habido cambio ha sido en la crispación política: todo sigue más o menos igual, y la intolerancia hacia quienes piensan de manera diferente, parece que incluso ha aumentado.

Así que repito la felicitación del año pasado y la recomendación de tomarse las discusiones y las diferencias de otra manera, quizá elevando un poco la calidad de los argumentos y disminuyendo los insultos y desprecios gratuitos, que se multiplican en la redes sociales. Un buen comienzo sería darse cuenta de que ni nosotros somos tan listos y tan buenos ni los otros tan tontos y tan malos. Y eso podría continuar por recordar que a veces atacamos con saña ideas que nosotros mismos hemos mantenido tiempo atrás. Y no es malo atacar con saña ideas que no nos gustan, pero sí lo es atacar también a las personas.

Así que la gran diferencia entre este año y el anterior quizá sea (en Madrid) que no tendremos gran nevada (¿O sí?)