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Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau
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Los koans del escepticismo
Edipo y Stefan Zweig
Difícil de creer
Carnéades y tus dos amigos gemelos
Al principio fue el misterio
Una filosofía mundana creada por un dios
Los demonios escépticos de la India
El escepticismo perseguido y subterráneo

La regla de oro de Lichtenberg

Lichtenberg-120

Lichtenberg:

«Una regla de oro: no hay que juzgar a los hombres por sus opiniones, sino por lo que esas opiniones hacen de ellos».

En honor a esta excelente idea y a la hermosura del Salmo 90, mañana escribiré un nuevo capítulo de Cosas que he aprendido de… dedicado a los cristianos.

FIN DE MAZDA

Comentario en 2014

Esta fue la última entrada de mi blog MAZDA (2004). Y, como prometí, escribí un Cosas que he aprendido dedicado a Jesucristo y los cristianos.

A menudo, por otra parte, he opinado algo que se parece a lo de Lichtenberg, cuando he visto que alguien actuaba bien y, en vez de atribuir esa buena acción a su credo religioso o político, he pensado que no es que la religión ha hecho mejor a esa persona, sino que esa persona hace un poco mejor a esa religión.

Incluso en ciertos casos opino que una persona es digna de elogio no a causa de su religión o ideología, sino a pesar de ella. Es algo que se podría decir del Papa Francisco respecto a la religión vaticana (el catolicismo ortodoxo romano).

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Sobre Lichtenberg

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