La inspiración de los poetas|| Una cita con las musas /7
José Luis Casado, en M21 Radio, presenta Madrid con los cinco sentidos, con la sección de Daniel Tubau “Una cita con las musas”… Aquí puedes escuchar (y ver algunas imágenes) de Una cita con las musas, en un programa en el que José Luis Casado, Chus Natera y Daniel Tubau hablan de la inspiración de los poetas en la antigua Grecia, del ataque de Platón a la poesía, de Mary Wollsrtonecraft Shelley, de su marido Percy, de feminismo y de Frankenstein, por supuesto.
JLC: La semana pasada estuvieron aquí las Musas, contigo y con Chus y nos contaste cómo entendían los griegos la creatividad o las artes…
DT: Sí, vimos que para los griegos todas las artes eran tecné, es decir técnicas. Ellos pensaban que una técnica es algo que nos permite crear, por ejemplo una escultura, siguiendo unas reglas.
CHUS: Pero había un arte que no lo consideraban técnica o tecné y que tiene que ver mucho con las musas.
DT: En efecto. Ese arte es la poesía y las artes escritas, pero en especial la poesía, que al contrario que las otras artes no se llevaba a cabo siguiendo reglas sino que se obtenía por inspiración divina. Por inspiración de Apolo, de Dionisos o de las Musas, claro.
CHUS: ¿Y cómo lograba uno comunicarse con las musas si quería convertirse en poeta?
DT: En teoría había que invocarlas, porque vivían en un monte muy lejano llamado Helicón, como cuando Homero en la Ilíada dice: “Canta oh musa la cólera de Aquiles…”, o cuando en la Odisea comienza diciendo: “Háblame oh musa, de aquel ingenioso varón…” Y entonces se supone que las musas acudían y le dictaban al poeta aquellos versos tan hermosos.
JLC: Y claro, si el poeta lo único que hace es repetir lo que le dicen las musas, no tiene mucho mérito…
DT: Claro, es como un receptor de radio que emite esta entrevista, se limita a recoger la señal y trasmitirla.
CHUS: A mí me suena como el presentador de televisión típico con el pinganillo que le van diciendo lo que tiene que decir…
DT: Esa es una buena comparación. Algo parecido. Por eso Platón no apreciaba mucho a los poetas, y por eso escribió un diálogo para burlarse de ellos.
JLC: ¿Ah sí? ¿Y qué diálogo es ese?
DT: Se llama Ión, porque el protagonista es un poeta o más bien un rapsoda o recitador que precisamente se llama Ión y que sufre uno de los terribles interrogatorios de Sócrates…
JLC: Porque Sócrates tiene la costumbre de someter a todos a algo así como un tercer grado filosófico, ¿no?
DT: Si, hasta lograr dar con la esencia de la esencia les va poniendo cada vez en más dificultades. En ese diálogo, Sócrates le pregunta a Ión qué opina de las cosas que recita de Homero, pero el rapsoda responde que no tiene ninguna opinión, que él solo repite lo que le inspiran las musas, sin más. La conclusión, dicho de manera simplista, es que los poetas son tontos.
JLC: Para que vamos a andarnos con rodeos…
DT: Claro, porque Sócrates, o al menos Platón que es el que escribió los diálogos, veía en los poetas a unos competidores de los filósofos como educadores de las nuevas generaciones y por eso les prohíbe vivir en su República ideal.
CHUS: O más que tontos lo que pasaba es que los veía demasiado listos.
DT: Pues sí, porque los poetas eran los educadores de Grecia y los rivales de esos nuevos educadores que eran los filósofos. Homero, Hesíodo y otros poetas y los dramaturgos que estrenaban sus obras en Atenas eran los que en cierto modo educaban al pueblo hasta que llegaron los filósofos, que no se dejaban llevar por emociones, por ejemplos particulares… más racional.
JLC: Pero creo que ese diálogo de Platón tiene mucho que ver con el estudio moderno de la creatividad.
DT: Pues sí, pero de una manera verdaderamente rocambolesca. Resulta que muchos siglos después, en plena época romántica, un poeta leyó el diálogo Ión, pero lo entendió de manera contraria a Platón. Ese poeta era Percy Shelley, también conocido por ser el esposo de Mary Wolltonecratf Shelley, la autora de Frankenstein.
JLC: Ah, qué curioso, porque siempre se suele decir que ella era la esposa de Percy Shelley…
DT: Claro, pero yo creo que es justo recordar su nombre de soltera, puesto que Mary Wollstonecraft era hija de una de las pioneras del feminismo, también llamada Mary Wollstonecraft, que escribió Vindicación de los derechos de la mujer.
JLC: Pero, volvamos al marido de Mary Wollstonecraft Shelley.
DT: Percy Shelley leyó el Ión de Platón y lo interpretó al revés. Entendió que el hecho de que el rapsoda Ión no tuviera ni idea de cuál era el origen de los versos que recitaba y que todo le viniera por inspiración, era precisamente lo que hacía incomparable a la poesía, que no seguía un método como las otras artes o las ciencias…
JLC: Entonces a él no le gustaba mucho la ciencia…
DT: Sí y no, como todos los románticos, sentía al mismo tiempo atracción y odio, como Mary Wollfstonecraft Shelley, que en Frankenstein hace que un hombre sea castigado por crear vida, algo reservado solamente a Dios. Esa es la soberbia de la ciencia. Y por cierto, cuando aquí digo hombre, digo también “varón”, pues como es sabido las mujeres sí pueden crear vida. Así que el doctor Frankenstein es castigado por querer hacer lo que hace Dios… y lo que hacen las mujeres, que pueden crear vida en nueve meses.
JLC: Vaya, es un punto de vista interesante, pero en lo que se refiere a la poesía, en qué quedó la cosa…
DT: Quedó en que Shelley, que tenía envidia de los científicos, porque en la Gran Bretaña de su época eran los héroes de la sociedad con sus asombrosos descubrimientos, escribió un panfleto deslumbrante llamado En defensa de la poesía. Era en cierto modo una relectura del Ión de Platón y allí defendió que la grandeza de la poesía era eso, que no era una ciencia, que no era una tecné o técnica. Que no se podía aprender, vaya, sino que te llegaba por inspiración de las musas, del destino o por algún don genético.
JLC: Claro, y eso afecta a la creatividad, porque sin inspiración parece que hay poca creatividad…
DT: Sí, las dos cosas están muy relacionadas. El caso es que más o menos desde la época romántica, en parte debido a ese panfleto escrito por Shelley, se empezó a pensar o se volvió a pensar que la poesía e incluso otras artes como la pintura no debían seguir reglas, o seguirlas solo con permiso de las musas. Y que esa inspiración y esa creatividad no podían ser enseñadas y aprendidas. Todavía mucha gente piensa eso.
JLC: Pero tú no lo piensas…
DT: No, yo no lo pienso y tampoco lo piensan los expertos en creatividad que en el siglo XX lograron hacer entrar a las musas en el laboratorio, de una manera como digo, rocambolesca, porque para lograrlo volvieron a releer el diálogo Ión que había escrito Platón contra los poetas y que Shelley había reinterpretado a favor de los poetas. Y entonces surgió una tercera interpretación o una tercera lectura del Ión…
CHUS: Y eso nos lo contarás la próxima semana
DT: Así es. Y veremos como el estudio científico de la creatividad surgió cuando un hombre llamado Graham Wallas leyó el Ión y dijo que tenía razón Platón y que tenía razón el poeta Shelley. Que tenían razón los dos.
CHUS: Eso ya será la próxima semana…
UNA CITA CON LAS MUSAS
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