La epopeya de Gilgamesh
La epopeya de Gilgamesh es mi libro favorito, creo. He dicho alguna vez que lo mejor que tiene este libro tan antiguo es que siempre es nuevo, porque poco a poco se van descifrando nuevos fragmentos arqueológicos y el relato se va completando. No sé si algún día estará del todo completo, ya que todavía quedan bastantes lagunas.
Cada lectura de la Epopeya de Gilgamesh me reserva nuevas sorpresas, no sólo porque el texto se va completando, sino porque lo leo de distinta manera o en un nuevo lugar. En 1999 leí la versión de Jean Bottero, cuando viajé con mis amigos Luis y Marcos a Lisboa, donde me pareció encontrar a los cuervos de la epopeya mesopotámica. En 2005 inicié otro viaje con rumbo y destino desconocido con Marcos, Luis, Rafael, Bacti… y Gilgamesh en la versión de Joaquín Sanmartín, que me permitió descubrir detalles hasta entonces inadvertidos en ese primer viaje de los dos amigos Gilgamesh y Enkidu.
Aquí, en las entradas de La epopeya de Gilgamesh, intentaré descifrar algunos de los secretos y riquezas de este poema inagotable.
Si quieres conocer de qué trata la Epopeya del Gilgamesh, puedes leer esta entrada.
BABILÓNICAS Y LA EPOPEYA DE GILGAMESH
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(1 de diciembre de 2005)