Himno a Zeus, de Calímaco

Es un himno muy hermoso e incitante.

Primero se plantea dónde nació Zeus, y acaba decidiendo que en la Arcadia, ya que los cretenses son unos mentirosos. Los cretenses decían que había nacido en Creta. Los cretenses tenían fama de mentirosos, como se ve por la célebre paradoja de Epiménides, el cretense mentiroso que decía: «Miento».

En Creta se le atribuyen dos montes como lugar de nacimiento, el Ida (Zeus Ideo) y el Dicte (Zeus Dicteo).

Menciona la tumba de Zeus en Creta, lo que es absurdo para un dios inmoral. En nota al pie se dice que la confusión viene de que en la tumba de Minos ponía: Minöos toû Diòs táphos (Tumba de Minos hijo de Zeus). Con el tiempo se borró parte de la inscripción y quedó Diòs taphos (tumba de Zeus)^[1].

Los curetes haciendo ruido para que el llanto del niño Zeus no llegue a los oídos de su padre Crono

La versión por la que parece inclinarse Calímaco es que Zeus nació en Parrasia (Arcadia), que era entonces un lugar seco y sin ríos, su madre Rea pidió a Gaia que pariese a su vez, y ésta dejó salir de sus entrañas caudalosos ríos, donde Rea pudo lavar a su hijo. Luego Neda, hija de Océano, llevó a Zeus a Creta. Neda es la ninfa de más edad después de Estige y Fílira. En el camino entre las ciudades cretenses de Tenas y Cnosos, cayó el ombligo de Zeus, dando nombre a la llanura de Onfalio, habitada por los cidones.

Adrastea mecía a Zeus en una cuna de oro, él chupaba las ubres de la cabra Amaltea y las Melias del Dicte lo cuidaron.

Alrededor de Zeus bailaron los curetes, genios protectores, su danza guerrera, golpeando sus armas para que a Crono no llegara el llanto del niño. Luego se llamará así, curetes, a los sacerdotes encargados del culto Rea-Cibeles.