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Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau
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¿Es una certeza «Pienso luego soy»?

Dice Descartes:

«No podemos dudar de que existimos mientras dudamos; y esto es lo primero que conocemos al filosofar con orden (Principios de filosofía, Punto 7).»

Añade a continuación:

«Podemos dudar de que hay Dios, de que haya cielo, de que haya cuerpos, de que nosotros no tenemos manos,  ni pies, ni cuerpo alguno. Pero no por ello nos convertimos en nada, pues es contradictorio creer que no existe aquello que piensa mientras piensa. Y por tanto, ese conocimiento: «Yo pienso, luego soy», es el primero y más cierto de todos cuantos se presentan a quien filosofa con orden» (Punto 7).

A mí me parece que esto se contradice precisamente con el Punto 4, cuando Descartes se refería al sueño, porque nosotros podemos soñar en una persona que piensa que existe mientras piensa y, sin embargo, esa persona es una persona soñada por nosotros.  Del mismo modo, nosotros podríamos  ser soñados por otra persona y esa persona podría soñar que nosotros pensamos que existimos mientras pensamos, etcétera.

Se podría replicar:  «De  acuerdo, pero  entonces esa persona que sueña es, en definitiva, lo que eres tú. Y si esa persona también es soñada por otra, lo será esa  otra, y así sucesivamente. Sea como fuere, siempre hay algo que piensa. No  creo que esta objeción invalide mi razonamiento, porque permite  seguir pensando, por ejemplo, que lo único  que existe es Dios y que nosotros sólo somos pensamientos de Dios. Pensamientos que Dios puede dejar de tener en cualquier momento, haciéndonos desaparecer, lo que en el hinduísmo  se llama «el sueño de Brahma» o la teoría malebranchiana que dice que somos literalmente los pensamientos de Dios.

Del mismo modo, aquí podría ser aplicado el argumento solipsista clásico.

.

De  uno u otro modo, lo que parece bastante claro es que el cogito ergo sum («Pienso, luego existo») no tiene la categoría de principio básico e indiscutible que le atribuye Descartes.


Octubre de 2012:
En La obra de arte en la época de la percepción malebranchiana, uno de los ensayos o relatos de Recuerdos de la era analógica, me refiero a la idea de Malebranche de que somos los pensamientos de Dios, como se puede ver en esta entrada: Juan José Millás y la percepción malebranchiana.


 


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2 Comentario
  • DANIEL TUBAU dijo:
    (21 enero, 1999)

    Me interesa lo que digo en esta entrada acerca de ser pensamientos de Dios, pues creo que entonces todavía no conocía a Malebranche, quien sostenía precisamente eso.

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    ¿Es una certeza «Pienso luego soy»?