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Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau
Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau

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Las lecciones de la experiencia
Los otros escépticos de la India
Los koans del escepticismo
Edipo y Stefan Zweig
Difícil de creer
Carnéades y tus dos amigos gemelos
Al principio fue el misterio
Una filosofía mundana creada por un dios
Los demonios escépticos de la India

El nacionalismo cambiante

Cuando los nuestros alcanzan un cierto número, surge el nacionalismo, que puede ser de una ciudad, como lo era en Atenas o Esparta, de una nación o comunidad sin estado, como Cataluña o Flandes; de un reino o una república, como España o Francia; de un Imperio, como China, la Francia napoleónica o la Unión Soviética, Gran Bretaña o Estados Unidos. Cuando descubramos vida extraterrestre, inventaremos en el mismo instante el nacionalismo terrícola y probablemente nos unamos en un superobjetivo: combatir a los alienígenas.

Pero quizá, más que de nacionalismo, sea mejor hablar de reacciones de identificación, la sensación de pertenencia a una comunidad, la creencia en una identidad diferente a la de otros grupos, porque los seres humanos pueden fanatizarse, discriminar y matar con increíble efectividad y crueldad no sólo por su nación, sino también por su religión, su raza, su lengua o su cultura. El siglo XX demostró que también pueden hacerlo por su ideología:

«El siglo XX nos habrá enseñado que ninguna doctrina es por sí misma necesariamente liberadora: todas pueden caer en desviaciones, todas pueden pervertirse, todas tienen las manos manchadas de sangre: el comunismo, el liberalismo, el nacionalismo, todas las grandes religiones y hasta el laicismo. Nadie tiene el monopolio del fanatismo y, a la inversa, nadie tiene tampoco el monopolio de lo humano1».

Sin embargo, las identidades nacionales, religiosas e ideológicas son cambiantes. Como dice Maalouf, hace dos décadas un habitante de Bosnia habría presumido con orgullo de ser yugoslavo, comunista y probablemente ateo; desde hace unos cuantos años prefiere declararse bosnio y musulmán. Sin duda, muchos de ellos habrían sido capaces de matar, entonces o ahora, llevados por ese cambiante sentimiento de pertenencia.


NACIONALISMO E IDENTIDAD

 


¿Bichos en política?

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La identidad nacional

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El nacionalismo cambiante