El dilema de Monty Hall

|| Una cita con las musas /28

José Luis Casado, en M21 Radio, presenta Madrid con los cinco sentidos, con la sección de Daniel Tubau “Una cita con las musas”… Aquí puedes escuchar Una cita con las musas, en un programa en el que José Luis y Daniel hablan acerca de uno de los problemas más célebre de la historia, «El dilema de Monty Hall».


TRANSCRIPCIÓN

JLC: Buenas tardes, Daniel. Veo que hoy traes preparado algún tipo de juego… (Tengo que decir a los oyentes, que Daniel tiene en su mano varios naipes en este momento).

DT: Así es. He traído estos tres naipes porque quiero plantearte, a ti pero también a nuestros oyentes un célebre dilema. Se trata del dilema de Monty Hall.

JLC:  Ah, estupendo, como no sé quién es Monty hall, pues tampoco sé qué dilema podía tener ese hombre.

DT: Monty Hall ha sido probablemente el presentador más famoso dela televisión norteamericana, o al menos del género de concursos. Durante casi treinta años, desde 1963 a 1990, presentó el concurso más famoso, con millones de espectadores de audiencia, que se llamaba Let’s make a deal, es decir “Hagamos un trato”. En realidad, aquí en España nuestro concurso más famoso estaba inspirado en el de Monty Hall, me refiero a “Un, dos, tres, responda otra vez”.

JLC: Ah, el Un, dos, tres sí que lo conozco, por supuesto, el concurso creado por Chicho Ibáñez Serrador.

DT: Pues Chicho tomó la idea principal, la de la subasta final, de Let’s Make a Deal. Lo curioso es que primero lo hizo en Argentina, con el título Un, dos, tres…. Nescafé. Adivina quién era el patrocinador.

JLC: Ja, ja, claro, es evidente, pero no lo voy a decir, que es publicidad…

DT: te acordarás que en el Un, dos, tres, cuando quedaba ya solo una pareja, el juego consistía en que tenían que elegir entre diferentes objetos que les iban dejando diversos invitados, como cantantes o humoristas…

JLC: Sí, claro y que los presentadores, por ejemplo Mayra Gómez Kemp les ofrecían al final dinero a cambio de no quedarse con el objeto, y que intentaba engañarles para que no se llevasen el apartamento en Torrevieja.

DT: Pues eso era lo que pasaba en el concurso original, el de Monty Hall, que también ofrecía a los concursantes regalos o dinero para tentarlo a que no eligieran lo que había detrás de una cortina o detrás de uan o dos puertas…

JLC: vale, eso ya lo he entendido, pero qué dilema tenía Monty Hall…

DT: Bueno, en realidad no es un dilema que tuviera el propio Monty Hall, sino que a alguien se le ocurrió plantear un dilema inspirándose en Monty Hall. En este dilema, se suponía que Monty Hall ofrecía a los concursantes elegir entre tres puertas, pero antes les decía que detrás de una de las puertas había un automóvil último modelo, y detrás de las otras dos puertas había dos cabras. Es decir, que había dos cabras y un coche. Como aquí en el estudio no tenemos puertas suficientes, me he traído estas tres cartas, y como puedes ver una de ellas tiene en el reverso un automóvil, mientras que las otras dos tienen cada una cabra.

JLC: Sí, puedo dar fe de lo que dice Daniel: en una de las cartas hay un Ferrari y en las otras dos simpáticas cabras.

DT: Bueno, pues yo voy a mezclar estas cartas para que no sepas cual es cual y las voy a poner aquí boca abajo como si fueran tres puertas.

JLC: Ahora Daniel está mezclando las cartas sin que yo las vea… y ahora las pone sobre la mesa, alineadas boca abajo.

DT: Bueno, pues yo soy Monty Hall y te digo: “A ver, José Luis, ya sabes que detrás de estas puertas hay una cabra y dos coches. Y ahora tienes que elegir cuál de las puertas quieres, la primera, a la izquierda, la segunda, en el centro, o la tercera, a la derecha.

JLC: Vaya, yo quiero el coche, claro. A ver, déjame pensarlo… Pues me quedo la del centro (ELIGE LA QUE TÚ QUIERAS).

DT: Muy bien pues la separamos un poco para que quede claro que esa es la que has elegido. Y ahora Monty Hall te dice: “Bien, bien, bien, así que te has decidido por la carta del centro. Pues ahora, como me has caído bien, te voy a dar una oportunidad. Mira, voy a levantar una de las cartas que no has elegido y te voy a enseñar lo que hay detrás…A ver… levantamos la carta de la derecha… ¡Y aquí tenemos una cabra!

JLC: ¡Qué emoción! Todavía puedo tener el coche…

DT: Pero ahora viene lo bueno, porque te ofrezco cambiar de carta o de puerta. Puedes dejar la que elegiste, la del centro, y quedarte con la otra que todavía está oculta. ¿Qué me dices? ¿Quieres cambiar de carta?

JLC: Ah no, ni hablar, me quedo con la del principio.

DT: ¿Ah sí? ¿Y por qué?

JLC: Pues no sé, porque lo vi muy claro al elegir y no voy a cambiar ahora….

DT: La intuición te dice que el coche está debajo de esa carta…

JLC: Sí, yo creo que sí

DT: Bueno, en primer lugar hay que decir que cuando se ofrece cambiar de puerta casi nadie cambia. Una razón es lo que dices, que ha habido una intuición primera con la que cuesta romper. Otra razón es que se piensa que si cambias y resulta que el coche estaba en la que elegiste primero, te da la sensación de que tenías el coche y lo has perdido. Mientras que si no cambias y resulta que el coche está en la que no elegiste, te quedas sin coche pero en realidad nunca lo has perdido porque nunca lo has tenido.

 

JLC: Sí, es verdad, creo que eso también influye.

DT: Bueno, pues ahora piensa si, dejando a un lado la intuición y pensando de manera lógica, si puede haber una razón por la que sea mejor cambiar de carta.

JLC: Pues, la verdad es que no, no veo ninguna razón por la que sea mejor cambiar. Como quedan dos cartas, la que elegí y la otra, pues haga lo que haga tengo la mitad de posibilidades de llevarme el coche o de quedarme con la segunda cabra. ¿No?

DT: Eso parece, ¿verdad?

JLC: Sí, hay dos cartas, hay un coche y una cabra, por lo tanto 50 por ciento de probabilidades.

DT: Bueno, pues las cosas quizá no son tan sencillas. Pero no te voy a dar la respuesta hoy, sino la próxima semana.

 

JLC: Pero, bueno, ¿y no me vas a enseñar si me llevo el coche no?

DT: Eso a lo mejor sí, pero fuera de emisión, porque lo que vamos a proponer a nuestros oyentes es precisamente que piensen si es mejor o no es mejor cambiar de puerta. Y en el próximo programa explicaré también qué relación tiene el dilema de Monty Hall con el pensamiento creativo.

JLC: Es decir que esa va a ser tu recomendación creativa de hoy… Pues vamos con la música adecuada…

 

LA RECOMENDACIÓN CREATIVA

DT: Como ya he dicho, la recomendación creativa de esta semana consiste en pensar si existe o alguna ventaja en cambiar de puerta o de carta. Pero hay que aclarar que la pregunta no es si el coche está detrás de uan u otra puerta o detrás de una u otra carta Eso no es lo importante. Pudiera ser que esté detrás de cualquiera de las dos cartas que quedan sin descubrir, pero ese no el dilema de Monty Hall, sino si puede existir alguna ventaja en cambiar o no cambiar de puerta. Si hay alguna razón lógica, más allá de la intuición para elegir cambiar o elegir no cambiar.

JLC: Entonces, dejamos la pregunta en el aire hasta la semana que viene y nos quedamos con la intriga de la relación entre las cabras, los coches, las puertas y las cartas y la creatividad.

DT: Eso es. La solución la semana que viene. Eso sí, no vale hacer trampa y buscar la solución en internet. Lo bueno es intentar primero encontrar uno mismo la solución. Precisamente, uno de los rasgos de las personas creativas o que ayuda a la creatividad es intentar encontrar por  uno mismo la solución a dilemas como este.


UNA CITA CON LAS MUSAS

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