Dios es una fuerte atadura

Dios es una fuerte atadura que me retiene en este mundo contra mi voluntad. Los balcones de hierro negro se me aparecen como cárceles para las almas abandonadas. Olvidadas por Él, que todo lo ignora. Mis manos repiten gestos, el calor de la media tarde invade la habitación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

[1980-1990]

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Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau
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