Debe ser evitada la voz pasiva

|| Mientras escribo , de Stephen King /2

Stephen King cita un libro clásico acerca de escribir de un tal William Strunk, que he encontrado en Internet y leeré. El propio Strunk, que era muy rígido, admitía:

«Según consta desde antiguo, a veces los mejores escritores se saltan las reglas de la retórica».

Pero añadía enseguida:

«A menos que esté seguro de actuar con acierto, probablemente haga bien en seguir las reglas».

Entre las recomendaciones de Strunk, me parece muy buena esta: «No usar cuerpo de alumnos, sino alumnado» (yo diría que, siempre que sea posible, mejor todavía: «los alumnos»).

King también recomienda no caer en tics como «En aquel preciso instante» o «Al final del día».

Pero King, sobre todo, recomienda no usar la voz pasiva, que él considera un recurso propio de escritores tímidos:

«Escribe el tímido: «La reunión ha sido programada para las siete», es como si le dijera una vocecita: «Dilo así y la gente se creerá que sabes algo». ¡Abajo con la vocecita traidora! ¡Levanta los hombros, yergue la cabeza y toma las riendas de la reunión! «La reunión es a las siete». Y punto. ¡Ya está! ¿A que sienta mejor?»

Me parece que el problema de la voz pasiva y de ese tipo de construcciones un poco enrevesadas y pretenciosas es que las utilizamos tanto que, al final, resulta difícil encontrar un equivalente más sencillo, porque hemos complicado tanto las cosas que hemos perdido de vista la idea original, aunque se tratara de algo muy sencillo.

Naturalmente, King no niega utilidad a la voz pasiva, pero dice que hay que moderarse en su uso. Lo mismo que hay que hacer, creo, para casi todo, pues los extremistas del estilo empiezan a prohibir esto o aquello y al final uno descubre que no se puede usar nada: una de sus últimas victimas ha sido los gerundios, que al parecer hay que desterrar. Por el contrario, creo que casi todo tiene su utilidad y que el gerundio puede ser tan estupendo en ciertos contextos como cualquier otra palabra. Incluso resultan a veces útiles las palabras terminadas en -mente, aunque creo, como decía García Márquez, que casi siempre que escribes un -mente y buscas una manera de no emplearlo, la solución es mejor.

También recomienda King que cuando en una frase haya dos ideas, a menudo lo mejor es dividir la frase en dos frases, para así contar cada idea en una frase. Es algo que suele funcionar bien cuando, efectivamente, te encuentras delante de una frase confusa.

Continuará…


[Publicado el 27 de julio de 2003]

elrestoesliteratura-cabecera

EL RESTO ES LITERATURA

[pt_view id=»b63abe0a76″]

[wpts_matriz boxwidth=’120′ category=’5269′  posttype=» taxonomy=» posts=’30’ limit=’30’ order=’ASC’ boxstyle=’6′ buttoncolor=’nobutton’ titlesize=’10’ contentsize=’11’ titlefont=’default’ contentfont=’default’ prd=» showtitle=’1′ showexcerpt=’1′ showimage=’1′ masonry=’1′]

STEPHEN KING

[wpts_matriz boxwidth=’120′ category=’5330′  posttype=» taxonomy=» posts=’30’ limit=’30’ order=’ASC’ boxstyle=’6′ buttoncolor=’nobutton’ titlesize=’10’ contentsize=’11’ titlefont=’default’ contentfont=’default’ prd=» showtitle=’1′ showexcerpt=’1′ showimage=’1′ masonry=’1′]

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *