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Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau
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Cuando estamos sanos…

Cuando estamos enfermos y en nuestra mente penetra la imagen de una enfermedad terrible, adoptamos tremendas resoluciones, como una promesa a cambio de curarnos de la enfermedad y de nuestras preocupaciones presentes.

Nos aseguramos a nosotros mismos que, si nuestros peores temores no se confirman, entenderemos lo importante que es vivir y vivir sano; lo absurdo de perder tiempo y ganas preocupándonos en nuestra vida cotidiana de asuntos que no merecen siquiera que nos detengamos en ellos. Pesamos en amigos a los que no hemos prestado la atención debida y en cosas que debimos hacer y no hicimos.

Después nos curamos, o nuestros temores más negros se disipan, y olvidamos todas nuestras buenas intenciones. Espero que esta vez no sea así, aunque, afortunadamente, mi enfermedad quizá no sea lo bastante grave como para provocar una mutación semejante.

De una curiosa manera, se podría invertir aquel dicho latino:

Quam valemus, bona consilia habemus (Cuando estamos sanos, buenos consejos damos)

y convertirlo en

Quan non valemus, bona consilia habemus (Cuando enfermamos, buenos consejos damos)

o algo parecido.

El dicho clásico se dirige a quienes dan consejos a los enfermos, mientras que mi variante es una reflexión del enfermo acerca de sí mismo.

Si el dicho clásico se puede ejemplificar en una sonrisa irónica del enfermo a quienes no padecen su enfermedad y le dan consejos, el dicho modificado debemos recibirlo nosotros mismo con gesto serenos, constatando su verdad: es cierto que estando enfermos nos damos buenos consejos, pero no sobre la enfermedad, sino sobre la vida. Consejos que, ¡ay!, olvidamos en cuanto recuperamos la salud.

(1996)

El día 13 de junio de 1996 anoté en la libreta algo que me sucedió cuando caminaba por la calle:

«¡Pobrecito mío!» -exclama una vieja mendiga al verme pasar.

Por un momento pensé que era una premonición de mi cercana muerte, como en un cuento de misterio y terror, pero supongo que mi aspecto de enfermo era bastante llamativo.


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