Carnéades y tus dos amigos mellizos

Imagina que tienes un amigo que se llama Juan. Un día lo ves y hablas con él. Pero entones viene alguien y te dice que  ese no es tu amigo Juan. Tú lo miras y lo remiras y afirmas, como un buen estoico, que eres: «Es sin ninguna duda Juan. Tengo una impresión convincente, cataléptica».

Pero entonces viene otro hombre idéntico a Juan y dice: «Yo soy Juan». Y añade: «Este hombre al que confundiste conmigo es Pedro, mi hermano gemelo»

Después, por si quedaran dudas, Juan te demuestra que es tu amigo y te cuenta algo que sólo tú y él podéis saber, por ejemplo, te muestra una herida que tú le hiciste sin querer en la rodilla, y que el otro, Pedro, no tiene.

Ahora tu impresión cataléptica se desmorona. Eso es lo que pensaba Carnéades: se pueden tener opiniones acerca de cualquier cosa, unas más probables y otras menos, pero no se puede afirmar dogmáticamente que es imposible que nos equivoquemos.

Pero alguien dirá: no hay que ser tan quisquilloso, casos como ese se dan poco, son extravagancias, las cosas mil y una veces demostradas no se ven expuestas a ese peligro.

A eso respondo: ¿Y la física cuántica frente a la newtoniana? ¿Y los cisnes negros de Australia?

Lo que nos lleva al célebre libro El cisne negro, que es una llamada a la prudencia para los dogmáticos: cuidado que a veces ocurren cisnes negros.

Los estoicos decían que los sabios podían tener impresiones catalépticas, es decir absolutamente claras y distintas, indiscutibles.

SABIOS IGNORANTES Y FELICES

LO QUE LOS ANTIGUOS ESCÉPTICOS NOS ENSEÑAN

Todas las filosofías antiguas han sido redescubiertas para guiarnos en el presente, pero una de ellas, quizás la más necesaria, permanecía en la sombra.
Descubre una filosofía que te enseña a desconfiar de los dogmas, encontrar la paz en la incertidumbre y navegar en un mundo saturado de falsas certezas.

En Sabios ignorantes y felices, Daniel Tubau lleva a cabo una hazaña intelectual: ofrecer la primera gran síntesis sobre el escepticismo clásico desde los estudios de Victor Brochard hace ya más de un siglo.

Materiales

Últimas entradas

  • Difícil de creer
    Millones de personas han creído en todas esas fantasías que acabo de enumerar, y millones creen en ellas incluso hoy en día. Filósofos eminentes han creído en las ideas más absurdas y algunos han estado dispuestos a morir por ellas.
  • El escepticismo perseguido y subterráneo
    A pesar de esta persecución y desprecio, probablemente el escepticismo es la corriente filosófica que más ha influido en el pensamiento a lo largo de los siglos, aunque lo haya hecho por un cauce casi siempre secreto.
  • Ser escéptico con Julien Mell y Julio Romero
    Una cosa que me gustaría reseñar del escepticismo es que acepta que vivimos sin un guión previo. No tenemos un texto sagrado, un texto filosófico infalible, como puede ser el estoicismo. Aceptar por ejemplo que vivimos a la intemperie, y no tenemos un guión.
  • Los falsos autores bajo la lupa escéptica
    Si descubrimos que el libro atribuido a Calístenes no fue escrito por él, no sólo estamos refutando una creencia falsa, sino que, además, ahora sabemos que fue escrito por otra persona.

/esc