Los vivos y los muertos
NO LUGAR ~10

Autocar desde el Hotel Newport al aeropuerto Charles De Gaulle de París

[Martes 8 de Diciembre de 1997]

 

He pensado últimamente, desde la reciente muerte de la cantante francesa Bárbara, a quien escucho ahora en mi walkman, en todas aquellas personas de este siglo a las que he querido en la distancia, personas a las que conozco sólo por sus libros o sus canciones, y a las que he visto morir (también en la distancia espacial, pero no temporal). Me habría gustado conocer a muchos de ellos.

Lo más sorprendente del asunto es que parece que ya se han muerto todas las personas que admiro. Eso significa que mi imaginario de celebridades es de varias generaciones atrás. O tal vez haya otra explicación, que intentaré analizar después de enumerar a algunas de esas personas: Georges Brassens, Jacques Brel, Allen Ginsberg, Bertrand Russell, Barbara, Karl Popper, Paul Feyerabend, Daisen Deshimaru, Vladimir Nabokov.

Apenas nadie que me emocione de verdad vive todavía. Uno es Charles Trenet, los otros son Martin Gardner y Raymond Smullyan.

Papel con el membrete del hotel Newport, de Disneylandia París



 

 

2011

Charles Trenet ya había muerto cuando hice en 2010 una copia privada de Escrito en el cielo y en ningún lugar. Martín gardner murió poco después. Smullyan es el único que sobrevive de los mencionados.

 

Raymond Smullyan


 

 

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