Presentación en la librería Antonio Machado 5

JUAN CLAUDIO DE RAMÓN: Otra cosa sobre ver versus escuchar, que me ha interesado y que tienes toda la razón, es que somos capaces de ver cosas no muy agradables, o sea, soportamos mejor visiones desagradables o inarmónicas que sonidos cacofónicos. Esto es interesante. Tú dices: una película no muy lograda desde e punto de vista visual nos molesta menos que una película en la que se digan tonterías, ¿no?
DANIEL TUBAU: No, que se digan tonterías no, no exactamente, sino que suene mal. Como guionista y directos siempre se lo digo a mis alumnos. Estamos en un medio audiovisual, que es audio y visual. Normalmente le damos más importancia a lo visual, nos parece que lo visual en el cine es lo más importante. Pero si tú tú haces una película o un cortometraje de poco presupuesto y visualmente tiene sus defectos y no acaba de estar muy bien, y están los colores mal, la puedes ver. Pero como suene mal, no la ve nadie, no la ve nadie. Realmente el sonido es fundamental no? Nos molesta más que una imagen que no esté bien.
JUAN CLAUDIO: ¿Y esta cosa del ruido gris?
DANIEL: Sí, bueno, yo tengo un poco de acúfenos, o sea que el ruido gris.
JUAN CLAUDIO: ¿Qué es eso del ruido gris?
DANIEL: Es ese ruido que te crea, que te llena como el zumbido que tienes y lo tapa… Dicen que hay diversas frecuencias…
JUAN CLAUDIO: A mí como escritor me ayuda, oír algo de ruido…
(CORTE DE AUDIO)
DANIEL: …hay otros medios que nos dejan más espacio para pensar. Era una cosa muy curiosa, todo aquello de medios calientes y medios fríos de McLuhan, muy interesante. Y sí, también como escritor me pasa lo mismo: yo me pongo poco ruido, en realidad me pongo a Johann Sebastian Bach constantemente. Y de vez en cuando sí que es verdad que me pongo alguna música muy muy ruidosa cuando quiero escribir con mucho impulso y con mucha garra. Y entonces me pongo unas músicas realmente fuertes… porque me dan como esa sensación y escribo de esa manera. Hay que saturar un poco.
JUAN CLAUDIO: Como en esa película de Anatomía de una caída. Pero dices otra cosa, y es que el ruido gris es una estrategia que funciona salvo en una ocasión y es cuando lo que percibes es una conversación.
DANIEL: Ah, sí, claro. Una conversación por teléfono, porque eso es muy molesto. Fijaos qué curioso, ¿verdad? Yo voy mucho a cafés a escribir… Ahora esto se ha puesto de moda, todo el mundo escribe en cafés, están llenos, no encuentras sitio, los cafés ya ponen una etiqueta que pone: «Prohibidos ordenadores». Yo tengo una libreta electrónica y disimulo más, escribo a mano… Pero sí, cuando en el café hay muchas conversaciones y la gente grita, se habla, no pasa nada. Yo escribo tranquilamente. Eso decía, fíjate que lo decía Plinio el Viejo, se lo decía su hijo, Plinio el Joven. Porque Plinio el Joven se quejaba de que había mucho ruido donde él estaba y que no podía escribir. Y Plinio el Viejo le decía: «Mira yo vivo encima de un un gimnasio, y los atletas están dando golpes todo el rato, y escribo perfectamente, así que no me vengas con tonterías».
JUAN CLAUDIO: Pero golpes sí, palabras no.
DANIEL: Pero ¿qué es lo que te molesta en una cafetería? Es cuando alguien habla por el móvil… Yo tengo una teoría, una hipótesis digamos, que es que tú escuchas la mitad de la conversación y tu cerebro quiere saber la otra mitad. Y eso es lo que te vuelve loco, porque estás todo el rato oyendo cosas como: «No… sí, se lo he dicho, pero… ¿sabes qué me dijo? (…) Eso, exactamente, eso me dijo». ¿Qué le dijo? ¿Qué le dijo? Y entonces, al no escuchar esa otra parte de la conversación, yo creo que es lo que te desconcentra. Cada vez hay más gente también que se lleva la oficina al café y se lleva al móvil y empieza a hablar y llama a uno y después llama al otro… Y entonces no escuchar esa otra parte de la conversación, yo creo que es lo que te desconcentra.
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