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Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau
Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau

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La nostalgia de Pericles
Antifonte, el demócrata y el antidemócrata
Elisa
El (no tan) demócrata Tucídides
Zenón de Elea | ¿Existe el movimiento?
Tucídides y el culto a los grandes hombres
Las lecciones de la experiencia
Los otros escépticos de la India

Un mundo distinto pero igual

Los antólogos de Recuerdos de la era analógica encuentran un texto muy breve, que parece un cuento infantil, pero que probablemente esconde algo más:

 Un mundo distinto pero igual
Hace mucho, mucho tiempo, en una galaxia muy lejana, existía un planeta que orbitaba alrededor de un sol como el nuestro. En aquel planeta existían ríos como el Ganges, el Nilo y el Amazonas. También había cientos de ciudades, que se llamaban Roma y París, Shanghai y Melbourne. Aquel mundo tenía bibliotecas como las nuestras y grandes museos como los que existen aquí: el Ermitage y el Louvre, la National Gallery y la Galería de los Uficci. También había grandes bibliotecas que se llamaban exactamente igual que las nuestras y en los estantes de esas bibliotecas estaban colocados los mismos libros que en las nuestras. Allí podías leer Don Quijote de la Mancha y La Ilíada, Las variedades de la experiencia religiosa o la Epopeya de Gilgamesh, y también en sus libros había páginas en blanco como las de los nuestros. En ese planeta escuchaban la misma música que nosotros: a Mozart y a Bach, a los Rolling Stones y a Jeffrey Parker; y como en algunas de nuestras más amadas canciones, en aquellas también había momentos inesperados de silencio. Los cuadros de Picasso, Van Gogh, Rorschach, Klimt, Tesla o Warhol se podían visitar en los museos; y también allí los críticos intentaban explicar el significado que los artistas habían querido dar a los pequeños vacíos y agujeros del lienzo. En sus calles había edificios majestuosos o alargados rascacielos en los que a veces faltaba una habitación o un piso entero, exactamente como nos sucede a nosotros.

De aquello hace ya mucho mucho tiempo y aquel planeta ya no existe, pero sigue viviendo en cada palmo de nuestro mundo, en cada hoja de nuestros libros.

              (Recuerdos de la era analógica. Una antología del futuro)

Este breve relato, que intentan aclarar e iluminar los comentarios posteriores de los antólogos, se hace, a cada año que pasa, más verosímil, aunque cuando lo escribí todavía no se había iniciado la cartografía masiva de todos los rincones de nuestro planeta gracias a los smartphones con cámara y vídeo que llevan siempre encima cientos de millones de personas.

En el cuento, por cierto, hay al menos tres errores curiosos. También los antólogos se equivocan, quizá, en algún aspecto de su análisis

El título no me pertenece, como quizá muchos lectores ya sabrán.

Precisamente el hecho de elegir un título distinto pero igual es lo menos casual del relato.

Recuerdos de la era analógica,
una antología del futuro
Editorial Evohé

Libro electrónico (ebook) en Editorial Evohé
Libro en papel en Editorial Evohé

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A continuación, puedes ver entradas dedicadas a Recuerdos de la era analógica encontradas en la Arqueo Red (que nosotros llamamos Internet)

Vida de Daniel Tubau contada por Tonino

Reseñas de Recuerdos de la era analógica


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Un mundo distinto pero igual