Tucídides y la democracia 32
Como ya dije, “hubo un tiempo en que Tucídides fue presentado como un demócrata exaltado, como un militante del partido que, en sus tiempos, estaba en el poder” 1(Alsina, 86).
Sin embargo, “era extraño que un exaltador de la democracia dedicara un elogio tan formal al régimen establecido por Terámenes a raíz de la revolución ‘derechista’ del año -411”.
Intentaré seguir la evolución de las opiniones acerca del pensamiento político de Tucídides y mostrar si los elogios del historiador a Pericles han de interpretarse como admiración hacia el político ateniense como producto y representación del sistema democrático, o como admiración hacia un gran hombre que triunfó en democracia, pero que podía haber gobernado con igual prestigio en un régimen oligárquico.
Para examinar este asunto, habrá que examinar la tendencia política del propio Tucídides, algo que, por otra parte, es el fin principal de esta investigación.
Dice Juan de Salas Abengoechea en su Ideario Político de Tucídides:
“Los elogios de Tucídides son para Pericles, no porque Tucídides sea demócrata, sino en cuanto que aprecia la necesidad de un líder de habilidad superior, de prestigio y de clarividencia que evite los extremismos. Por eso es partidario de una oligarquía moderada, como la de Terámenes, con una amplia base en la que participa la clase hoplita” .
Esta opinión, expresada claramente y sin ambages, no es una excepción: pronto se verá que actualmente casi nadie la discute. Para seleccionar entre el mar de citas que podría ofrecer acerca de este asunto, atenderemos primero a la biografía de Tucídides.
Tucídides pertenecía a una familia oligárquica que poseía minas muy valiosas. El hecho de que alguien nazca en el seno de una familia oligárquica y presuntamente reaccionaria, no le obliga, evidentemente, a ser reaccionario, aunque no hay que subestimar la importancia de ese aprendizaje, incluso en quienes parecen rechazarlos en el curso de su vida.
McGregor, de todos modos, es tajante:
“ acabó su vida tal como la había iniciado, como un convencido oligarca que jamás había renunciado al credo político de sus padres 2(en Alsina, 283)”.
En opinión de este autor,
“Tucídides había crecido en medio de una tradición conservadora, pero su espíritu ordenado e imparcial se sintió impresionado por el genio de Pericles, y así se convirtió en un partidario suyo, aunque no en un demócrata 3(en Alsina, 283)”.
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