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Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau
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Los koans del escepticismo
Edipo y Stefan Zweig
Difícil de creer
Carnéades y tus dos amigos gemelos
Al principio fue el misterio
Una filosofía mundana creada por un dios
Los demonios escépticos de la India
El escepticismo perseguido y subterráneo

El cuaderno Pasajero

CUADERNO DE ARGENTINA

Cuando estuve en Buenos Aires en enero y febrero de 2006, escribí en la red en un cuaderno digital que llamé Pasajero, jugando con los diversos significados de la palabra.

Un pasajero es alguien que usa un vehículo (un coche, un avión, una barca) para ir de un lugar a otro. Como un viajero

Un pasajero es también alguien que está en un lugar sólo de paso, no de manera definitiva, por ejemplo de vacaciones en otro país, o huyendo del invierno europeo para disfrutar del verano sudamericano.

En Argentina se utiliza con un sentido más preciso, como sinónimo de viajero. Un pasajero es un viajero que se aloja en un hotel en el barrio de San Telmo.

Yo viajé en un avión, huí del invierno europeo y me alojé en un hotel de San Telmo.

Pero Pasajero también alude a lo efímero, a lo que no dura, a lo que está destinado a desaparecer o morir. Y en este sentido, también soy un pasajero. Lo somos todos, se supone, a no ser que la ciencia lo remedie en el futuro.

«Estou de passagem, amo o efémero»
(Eugenio de Andrade)

En varios cuadernos digitales he jugado con esta idea de lo efímero, especialmente a partir de Mundo Flotante, que se refiere a lo que los budistas llaman el mundo flotante e ilusorio en el que vivimos.

La imagen que puse al comienzo de micuaderno digital Pasajero era un graffiti del bandoneonista Anibal Troilo. Lo fotografié en una pared de Buenos Aires. Es curioso que detrás de él se vea una gigantesca P, que parece puesta a propósito para «Pasajero»,
pero es sólo una casualidad, como la sucesión de «pes» de la frase anterior («puesta a propósito para Pasajero»).

Se puede añadir un significado más, referido al propio cuaderno o blog Pasajero, que está también destinado a desaparecer tras una breve vida de dos meses, aunque todavía se quede un tiempo flotando en este mundo doblemente acuático de la red mundial.

Aunque suelo iniciar una nueva página cada dos meses, a veces corrijo algunas entradas antiguas, pero sin cambiar su contenido, quizá por lo que decía la bella Antonia: «Por espíritu de fidelidad». Cuando quiero reescribir un texto, abro una nueva página como El resto es literatura (donde reescribí un texto sobre Goethe que había publicado en un viejo blog):  El resto es literatura.


Un comienzo accidentado

Cuaderno del Mayab (México)

Cuando llegué al Aeropuerto de Cancún el 8 de diciembre de 1995, estaba un poco preocupado porque no tenía hotel y ya era de noche. Además, la noche anterior había salido de fiesta con mis compañeros de la productora de LEER MÁS

ESCRITO EN EL CIELO Y EN NINGÚN LUGAR

En noviembre de 1997 me di cuenta de que iba a viajar durante varias semanas a diversos lugares del mundo: Barcelona, París, Madrid, Bogotá, Quito, Lima, Cuzco, lo que me obligaría a pasar mucho tiempo en salas de espera, andenes, LEER MÁS

Ta te ti, muerte para ti

  Otro ejemplo de incitación al asesinato de un célebre asesino. O como convertirse en Bush sin ser Bush. Pero ya se sabe que los asesinos siempre son los otros... ******** Cuaderno de Argentina [20 de enero de 2006] [wpts_matriz boxwidth='125' category='5131'  LEER MÁS

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