Los plazos y la ley de Murphy

|| Una cita con las musas /12

José Luis Casado, en M21 Radio, presenta Madrid con los cinco sentidos, con la sección de Daniel Tubau “Una cita con las musas”… Aquí puedes escuchar Una cita con las musas, en un programa en el que Chus Natera y Daniel Tubau hablan de l procrastinación.


TRANSCRIPCIÓN

 

CHUS: La semana pasada hablamos de la procrastinación, podemos recordar en qué consiste esta cosa tan difícil de pronunciar?

DT: La procrastinación consiste en inventarnos cualquier excusa para no hacer lo que tenemos que hacer. Es la manera en la que logramos escapar de la responsabilidad.

CHUS: Pero nos dijiste que tú tenías un método para vencer la procrastinación, aunque era un método de alto riesgo.
DT: Así es. Bueno, hay que recordar que la procrastinación no consiste simplemente en ser perezoso o vago, porque casi siempre lo que sucede es lo contrario: en realidad hacemos muchas cosas, nos inventamos cualquier tarea absurda, con tal de no enfrentarnos a esa otra tarea. Y eso lo hacemos porque en gran parte lo que tenemos es miedo. Miedo a hacerlo mal. Y como no queremos enfrentarnos a ese miedo al fracaso, entonces posponemos esa tarea con cualquier excusa.

CHUS: Y no es solo una justificación. Es decir que el factor miedo es más importante que el factor pereza.
DT: Claro, no se trata solo de vaguería sin más, sino que se trata también de huir haciendo otras cosas, para escapar del miedo a hacerlo mal. Mientras no hacemos algo, todavía podemos pensar que es posible hacerlo bien, pero si nos ponemos a hacerlo y fracasamos, entonces corremos el peligro de descubrir nuestra incapacidad. Así que es mejor seguir en la ignorancia: soñar con que seríamos capaces de hacerlo… siempre y cuando nos decidiéramos. Se dice que la diferencia entre los llamados genios y el resto de nosotros no es que no pensemos las mismas cosas unos y otros, sino que ellos, los genios, además de pensarlas las hacen.  Es decir, que vencen a la procrastinación.

CHUS: Se enfrentan al desafío. Y al miedo al fracaso también.
DT: Sí. No sé si te has fijado en el alto porcentaje de alumnos de la universidad que superan los primeros años con cierta facilidad, pero que tardan varios años en terminar el último año, a veces tardan años en quitarse las dos o tres asignaturas que les quedan.

CHUS: Pues sí, la verdad es que conozco algunos casos, tengo compañero míos que procrastinaron la última asignatura sin límite. Es como si no se quisieran ir de la universidad.
DT: Y eso es lo que sucede, sin duda. No por amor a la universidad en sí, sino más bien por temor al mundo exterior. Porque cuando terminamos la carrera, el master o el grado, no tenemos más remedio que aceptar que ya no somos estudiantes, que ahora estamos de lleno en el mundo laboral, que tenemos que ganarnos la vida, que todo cambia. Y esto nos sucede incluso aunque antes de terminar la carrera estemos ya trabajando. Pero es un antes y un después que percibimos de alguna manera. Fin del mundo de estudiante, comienzo del mundo del trabajador.

CHUS: Es decir, que en esto de posponer las cosas, de dilatarlas, de procrastinar, no solo influye  el miedo al fracaso, sino incluso el miedo al cambio. A mí me recuerda el mundo de Nunca Jamás, el miedo a hacerse adulto.
DT: ES verda, muy buena comparación. Cambiar no es nada fácil cuando nos acostumbramos a algo. Ahora se dice eso de que hay que atreverse y salir de la zona de confort, que parece como anuncio de Ikea. A mí me gusta más compararlo, sin ninguna pretensión científica por supuesto, solo como una metáfora, con aquella ley de la física que dice: “Un cuerpo permanece en reposo o en movimiento uniforme a no ser que una fuerza actúe sobre él”. Si ninguna fuerza nos mueve del lugar, podemos seguir ahí parados o dando vueltas eternamente.

CHUS: Claro, si no nos obligan en cierto modo a cambiar, la tendencia natural es a quedarnos parados o haciendo lo mismo todo el rato.
DT: Sí, ya lo decía un tal Parkinson, que es un antecesor de aquel famoso Murphy de la Ley de Murphy que decía “Si algo puede salir mal, entonces saldrá mal”. Parkinson escribió antes que Murphy un libro muy divertido, del que también hablaremos. Y respecto a lo de dilatar la resolución de un problema o la terminación de una carrera universitaria o hacer un trabajo, propuso la Ley de Parkinson: “Todo trabajo se expande el trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine”. Si para hacer un trabajo nos dan un mes, tardaremos un mes. Si nos dan dos semanas lo haremos en dos semas. Si nos dan dos días lo haremos en dos días. El mismo trabajo. Como me dijo una secretaria de la Facultad cundo le lleve los documentos para la matrícula: “Usted otra vez. Si el curso terminara  el 1 de septiembre, usted traería los documentos el 31 de agosto”.

CHUS: Vaya, entonces parece que un buen método es poner plazos, plazos más cortos, quiero decir.
DT: Sin duda, es uno de los métodos más efectivos. Yo mismo acabo de entregar un libro y si no hubiera sido hoy el día final, habría tardado varias semanas en hacer lo que he hecho. Se han hecho experimentos en universidades para ver qué es más efectivo al hacer frente a un trabajo universitario importante. Primero, proponer a los alumnos que ellos mismos se pongan los plazos de entrega del trabajo final. Segundo, que el profesor les vaya recordando cada cierto tiempo que tienen que entregar ese trabajo. Tercero, que el profesor les ponga fechas estrictas en las que tiene que ir entregando cada parte del trabajo. El resultado es que cuando se les ponen fechas estrictas entregan el trabajo la mayoría. Cuando se les recuerda regularmente la tarea, lo entrega un porcentaje medio. Pero cuando se deja que ellos mismos se pongan los plazos, prácticamente ningún alumno entrega el trabajo y si lo entrega es un desastre.

CHUS: Y lo mismo sucede en el mundo laboral, claro.
DT: Pues sí, pero allí las condiciones son más duras que en la universidad. Por eso, aunque yo soy bastante contrario a los exámenes, al menos en carreras no científicas, como lo que yo enseño (guión, dirección, creatividad y literatura), tengo que reconocer que poner ciertas pruebas y plazos ayuda a los estudiantes, tanto a hacer las cosas y vencer la procrastinación como a prepararse, como suele decirse, para el mundo real. Es decir, para el mundo del trabajo.

CHUS: Depende también de la materia que se enseñe…
DT: Claro, en las materias científicas. POr ejemplo, en medicina hay que poner exámenes rigurosos, porque no vas a arriesgarte a que maten a uno en la operación. Pero en las que yo enseño, literatura, guión, creatividad. no es tan necesario, excepto por este sentido de poner un plazo.

CHUS: Claro, porque si no seguiríamos posponiendo eternamente todo y quizá aprenderíamos mucho menos. Pero, espera un momento. Tú habías prometido que nos ibas a contar un truco para vencer la procrastinación…. Pero no te referías a esto de poner plazos, ¿verdad?
DT: Pues la verdad es que no, lo que iba a contar hoy era otro método y  no este de ponerse plazos. Pero es que cuando uno habla de procrastinar no puede evitar procrastinar, y esta es la segunda semana que procrastino… Mi método es un poco diferente, pero hoy ya no da tiempo a contarlo, así que creo que lo mejor es posponerlo.

CHUS: Entonces lo posponemos para el próximo programa.
DT: Sí, mucho mejor.


RECOMENDACIÓN CREATIVA

CHUS: Bueno, Daniel, aquí tenemos la impresionante música que nos dice que hoy también nos traes una recomendación creativa.
DT: Como hemos hablado de la Ley de Murphy y de la Ley de Parkinson, voy a recomendar sus libros, porque este tipo de libros que te muestran paradojas como que “Si algo tiene que salir mal, entonces saldrá mal” o que “El tiempo en el que se realiza una tarea se expande hasta ocupar todo lo que hay disponible” son muy buenos para que nos demos cuenta de ciertas paradojas y a veces poder hacerles frente por la vía del humor. Así que hoy, para empezar, voy a recomendar un libro dedicado a la Ley de Murphy.

CHUS: Vamos con el de Murphy entonces.
DT: Se llama, claro, La ley de Murphy, y es un libro que fue escrito por Arthur Bloch. Bloch cuenta la historia de la Ley de Murphy y habla también del famoso caso de la tostada que siempre cae por el lado de la mantequilla.

CHUS: Ah sí, es verdad, ya me acuerdo de eso, y puedo dar fe de que sucede así.
DT: Sí, aunque hay una manera de evitarlo. Si enfrentamos la ley de la tostada con esa otra ley que dice que un gato siempre cae de pie. Entonces, puesto que un gato siempre cae de pie y una tostada siempre cae por el lado de la mantequilla, entonces, ¿qué sucedería si atamos una tostada con mantequilla al lomo de un gato y lo tiramos desde cierta altura?

CHUS: Anda… pues sí que es un problema complejo. Porque claro, si el gato ce de pie, se podría decir que la tostada NO ha caído por el lado de la mantequilla…
 DT: Claro, y si cae por el lado de la mantequilla, entonces no podría caer el gato de pie.

CHUS: ¿Y entonces qué sucedería?
DT: Según me han dicho, lo que sucedes es que el gato y la tostada se quedan dadon dando vueltas infinitamente en el aire, puesto que no puede suceder ni que el gato no caiga de pie ni que la tostada no caiga por el lado de la mantequilla.

CHUS: Vaya, pues entonces ya sé que si quiero untar una tostada necesito un gato.
DT: Sí, aunque no te garantizo que funcione. Desde aquí invitamos a nuestros oyentes a que lo prueben y nos cuenten los resultados.

CHUS: Y ese libro está traducido al español, ¿no?
DT: Pues sí, se ha editado en España varias veces, por ejemplo en Círculo de lectores y en la editorial Temas de hoy. Es fácil conseguirlo.

 


UNA CITA CON LAS MUSAS

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