El argumento ontológico de Descartes y Schopenahuer
Entre las diversas ideas que la mente tiene en sí se halla el concepto de Dios o ente absolutamente poderoso y perfecto, y puesto que en la noción de ente absolutamente perfecto se contiene su existencia necesaria y eterna, del mismo modo que en la noción de triángulo se contiene necesariamente que sus tres ángulos son iguales a dos rectos, hemos de concluir que tal ser existe.
Recupera, pues, Descartes el argumento ontológico de San Anselmo y afirma, anticipándose a la objeción que ya hiciera Gaunilo, que sólo del concepto de Dios se su necesaria existencia:
“En los conceptos de las otras cosas no se contiene del mismo modo la existencia necesaria, sino sólo la contingente”.
Sin embargo, ya el propio Aristóteles “como si viera en la noche de los futuros tiempos tenebrosos y descubriera en ella una patraña escolástica… demuestra detalladamente en el capítulo VII del libro II de Analiticorum posteriorum que la definición de una cosa y su existencia son asuntos diferentes… El ser no pertenece a la esencia de una cosa, puesto que el ente no es un género (Schopenhauer, Sobre la cuádruple raíz del principio de razón suficiente).
Descartes
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[Los principios de la filosofía, de Descartes]
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