La conclusión de todo esto es que nosotros percibimos un mundo que no perciben las cigarras o las abejas, pero que, del mismo modo, tal vez ellas perciben mundos que nosotros ignoramos y nunca podremos conocer. No es que el animal se adapte al medio, sino que el animal vive, crea o se limita a vivir en un medio propio. Esa sería la tesis anti darwiniana de Uexkull.

El Zhuang Zi comienza con un relato en el que se habla del pez Kun que se transforma en el pájaro Peng. Una cigarra y una tortolilla se burlan de ese gigantesco pájaro. Con esta historia, Zhuang muestra la relatividad de las cosas y de las opiniones.

El Zhuangzi es una delicia inagotable, una maravilla llena de ingenio, sorpresas y humor, que mejora a cada lectura.

Por eso se dice: "El hombre perfecto no tiene yo, el hombre divino evita el éxito, y el sabio no tiene nombre".