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Efectos mentales de las acciones físicas
Pues bien, una vez admitido que podemos hablar de acciones mentales, aún cuando no sea posible observarlas en el mundo físico, podemos volver al tema de las acciones y sus efectos. A primera vista puede parecer que las acciones mentales producen efectos físicos (pensamos en hacer algo y lo hacemos) y también efectos mentales (pensamos en hacer algo y luego pensamos en cómo hacerlo), mientras que las acciones físicas sólo producen efectos físicos. Me parece que alguien sostenía con bastante rigor y sensatez lo anterior, aunque no consigo recordar quién, tal vez un filósofo francés, pero no estoy pensando en el ingenioso Malebranche, que también se refería a esto de…
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Los efectos físicos de las acciones y deseos
Hemos llegado a la conclusión de que podemos hablar de acciones mentales, aunque nuestro conocimiento de ellas solo se dé por introspección y comparación. Por introspección, porque por experiencia íntima sabemos que nuestras acciones físicas casi siempre tienen su origen en intenciones y deseos, en acciones mentales. Por comparación, porque, al observar en otras personas acciones físicas similares a otras que nosotros mismos hemos realizado, suponemos que detrás de esas acciones hay motivos, deseos, intenciones y acciones mentales parecidas a las que a nosotros nos llevan a actuar de manera parecida. En definitiva, cuando hablamos con personas, suponemos que no estamos ante robots o seres programados, sino que detrás de…
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La percepción de las acciones mentales
Ya hemos visto que las personas llevan a cabo acciones físicas y mentales. Las acciones físicas y sus efectos físicos pueden ser observados fácilmente. Las mentales sólo pueden ser observadas si producen efectos físicos. Aquí alguien dirá: “Si las acciones físicas son las únicas que pueden ser observadas, ¿qué es lo que nos permite hablar de acciones mentales que no podemos observar?” La respuesta es: “Nuestra propia experiencia íntima, la observación interna o introspección”. Ya sé que ésta no es una respuesta muy convincente. Los psicólogos conductistas la rechazarían de plano y dirían que sólo se puede hablar de los comportamientos observables para cualquier persona. La psicología conductista ha dominado…
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John Keats (1795-1821)
El ilustre enfermo
Nació en Londres el 31 de octubre de 1795. A los quince años era huérfano de padre y madre. En 1817 publicó sus primeros poemas (ya había conocido a Shelley), y un año después Endymion. En el verano de ese mismo año paseaba con su amigo Charles Brown cuando sintió los primeros síntomas de la tuberculosis. El otoño se llevó a su hermano Tom, enfermo también de tisis. Mientras cuidaba de su hermano, conoció a Fanny Brown, con quien se comprometió en 1819. Pero cada vez tenía menos fuerzas, hasta el punto de que ya no podía seguir escribiendo. En 1820 los médicos le ordenaron trasladarse al sur. Llegó a…
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Las acciones y sus efectos
Hemos visto que los seres humanos llevamos a cabo acciones y que estas acciones pueden ser físicas o mentales. Es fácil aceptar que las acciones físicas producen efectos perceptibles: si levantamos un techo contra la lluvia, no nos mojaremos cuando vengan las lluvias; si le damos una patada a una roca, sentiremos dolor. Cuando se trata de las acciones mentales de una persona, los efectos no se pueden observar con tanta facilidad. Precisamente porque para que esos efectos puedan ser percibidos por otras personas tiene que tratarse de efectos físicos, con lo que penetramos de nuevo en el terreno de las acciones físicas. Si yo le digo a un amigo:…