[email protected]

Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau
Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau

Galería

Las lecciones de la experiencia
Los otros escépticos de la India
Los koans del escepticismo
Edipo y Stefan Zweig
Difícil de creer
Carnéades y tus dos amigos gemelos
Al principio fue el misterio
Una filosofía mundana creada por un dios
Los demonios escépticos de la India

Mansiones Chungking

Mi dedo señala las mansiones Chungking

Mi pensión en Hong Kong está en las Mansiones Chungking, el lugar en el que Wong Kar Wai rodó Chungking Express.

Es un lugar difícil de describir, un edificio inmenso, pero que en Hong Kong es sólo uno más, en el que hay decenas, tal vez incluso hasta cien pensiones y hoteles que llenan su más de veinte pisos. Para subir a las pensiones hay que tomar unos ascensores destartalados en los que hay gente esperando casi a cualquier hora del día o de la noche. Unos encargados vestidos de uniforme, agotados, casi exhaustos, se encargan de indicar quienes deben subir en cada ascensor, a veces con brusquedad, porque algunas personas intentan colarse. Los guardias tienen cara de pocos amigos. Algo muy comprensible, porque muchas de las personas que transitan por allí dan bastante miedo, o al menos te causan un cierto respeto. Supongo, sin embargo, que, como suele pasar en estos casos, las mansiones Chungking será uno de los lugares más seguros del mundo.

En las guías de viaje recomiendan que subas a tu pensión directamente y que no hagas caso a nadie de los que te ofrecen a cada paso cualquier cosa imaginable.

Lo más increíble de las mansiones Chungking no es el que se concentren en su interior más pensiones por metro cuadrado que en cualquier otro lugar del planeta, ni que cada una de esas pensiones tenga cuartos de también un metro cuadrado, que son como un armario en el que un ventilador a toda potencia tiene que estar permanentemente conectado para que no te deshagas en el calor pegajoso y asfixiante. No, lo más asombroso es el interior mismo del edificio, que es como una plaza interior inmensa llena de edificios y tiendas, incluso un mercado central. Algunas de las tiendas son minúsculas, otras se desparraman contra las paredes, supongo que alguien podría vivir años en las mansiones Chunking, sin salir nunca al exterior. Todo lo que se ve en la película de Wong Kar Wai, que uno pensaría que son diferentes lugares de Hong Kong, está en realidad no fuera, sino dentro del edificio. Allí es donde, me doy cuenta ahora, trascurre toda la película.

(Escrito en Hong Kong, 6 de junio de 2011)


En casa de Yang Wen

En casa de Yang Wen

El pintor de Yunnan Yang Wen ha subido a su blog una fotografía de la visita que hicimos a su estudio, que me trae muy buenos recuerdos. Aquí tomamos un…

Mosca y Caja conocen a David Hume en Amman

Mosca y Caja conocen a David Hume en Amman

6 de junio en el aeropuerto de Amman, Jordania Mientras espero el avión que me llevará a Hong kong, dibujo dos historietas de Mosca y Caja. Una de ellas es…

La realidad imita a la ficción

La realidad imita a la ficción

La sensación dominante de la noche que pasé en las Mansiones Chungking de Hong Kong fue la de estar viviendo en el interior de uno de mis cuentos. De alguno…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Mansiones Chungking