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Un universo sin conciencia
Primera aproximación kármica
Imaginemos un universo en el que no interviene la conciencia, es decir, la intencionalidad, el deseo o la voluntad. En ese universo todo se reducirá a una sucesión de acciones físicas absolutamente determinadas. Si admitimos, además, que en ese universo sin conciencia hay razones o causas para que sucedan las cosas, entonces un evento físico, como el calentamiento del agua, tendrá una consecuencia física: el hervor del agua. Pero quizá tenemos que justificar por qué tiene que haber causas y efectos. El poeta y filósofo Lucrecio decía que nada surge de la nada, y lo argumentaba bien: si algo pudiese surgir de la nada, todo podría surgir de cualquier cosa.…
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El reloj interno
Una de las cosas que más me ha impresionado siempre es la siguiente: nos acostamos por la noche. Tenemos que despertarnos a las 7 de la mañana. Como no tenemos despertador, nos decimos a nosotros mismos que debemos despertarnos a las 7 de la mañana, sin ayuda exterior. Nos dormimos. Al despertarnos, miramos el reloj: son las 7 de la mañana. Hace mucho tiempo, yo era incapaz de producir este milagro, pero conocía a gente que si poseía la magia. Bastaba que deseasen despertarse a una hora cualquiera para despertarse precisamente a esa hora. Yo los admiraba. Años después descubrí que yo también podía hacerlo. Creo que lo primero que…
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Efectos mentales de las acciones físicas
Pues bien, una vez admitido que podemos hablar de acciones mentales, aún cuando no sea posible observarlas en el mundo físico, podemos volver al tema de las acciones y sus efectos. A primera vista puede parecer que las acciones mentales producen efectos físicos (pensamos en hacer algo y lo hacemos) y también efectos mentales (pensamos en hacer algo y luego pensamos en cómo hacerlo), mientras que las acciones físicas sólo producen efectos físicos. Me parece que alguien sostenía con bastante rigor y sensatez lo anterior, aunque no consigo recordar quién, tal vez un filósofo francés, pero no estoy pensando en el ingenioso Malebranche, que también se refería a esto de…
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Los efectos físicos de las acciones y deseos
Hemos llegado a la conclusión de que podemos hablar de acciones mentales, aunque nuestro conocimiento de ellas solo se dé por introspección y comparación. Por introspección, porque por experiencia íntima sabemos que nuestras acciones físicas casi siempre tienen su origen en intenciones y deseos, en acciones mentales. Por comparación, porque, al observar en otras personas acciones físicas similares a otras que nosotros mismos hemos realizado, suponemos que detrás de esas acciones hay motivos, deseos, intenciones y acciones mentales parecidas a las que a nosotros nos llevan a actuar de manera parecida. En definitiva, cuando hablamos con personas, suponemos que no estamos ante robots o seres programados, sino que detrás de…
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La percepción de las acciones mentales
Ya hemos visto que las personas llevan a cabo acciones físicas y mentales. Las acciones físicas y sus efectos físicos pueden ser observados fácilmente. Las mentales sólo pueden ser observadas si producen efectos físicos. Aquí alguien dirá: “Si las acciones físicas son las únicas que pueden ser observadas, ¿qué es lo que nos permite hablar de acciones mentales que no podemos observar?” La respuesta es: “Nuestra propia experiencia íntima, la observación interna o introspección”. Ya sé que ésta no es una respuesta muy convincente. Los psicólogos conductistas la rechazarían de plano y dirían que sólo se puede hablar de los comportamientos observables para cualquier persona. La psicología conductista ha dominado…