• La muerte de Francisco de Quevedo

    Ya muy enfermo, Quevedo preguntó al médico que le dijera cuánto tiempo le quedaba por vivir; el médico le dijo que tres días, a lo que el escritor replicó: “ni tres horas”. Y así fue. Dictó sus últimas disposiciones y no pudo dejar de ser quien era cuando a la propuesta de un amigo de que dejara dinero para pagar los músicos que habían de acompañar su entierro, soltó: “La música páguela quien la oyere”. Quevedo murió el 8 de septiembre de 1645 en un cuarto del Convento de los Dominicos de Villanueva de los Infantes. Allí se conserva todavía la cama, y en la pared un soneto escrito por…

Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau
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