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Otto y el sapo
Tras visitar la Capilla Sixtina de América, la catedral de Aldahuyllas, Karina y yo fuimos a ver otra iglesia con murales en Huaro. Al llegar vimos al encargado hablando con un extranjero. Al salir de la iglesia le ofrecimos llevarle a Canincunca en nuestro coche (conducía Karina), pues él también quería ir allí. Se llamaba Otto y era alemán de Westfalia. En Canincunca visitamos la Iglesia y luego el cementerio. Los tres éramos muy aficionados a los cementerios y a la muerte, pero Ottó, además, estaba haciendo una tesis acerca de la muerte en la Colonia. Al parecer también en Cuzco, nos dijo Otto, residía otra necrófila que investigaba algo…
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Canetti y los libros para especialistas
En el prólogo a Masa y Poder escrito por Juan José del Solar Bardelli, se comenta la ausencia de Marx y Freud (y Levi-Strauss) en el libro de Canetti: «La omisión de toda referencia a estos y otros autores fue considerada herética, así como la ausencia de metodología». Canetti contó, tiempo después, que a Levi-Strauss no lo había leído al publicar su libro, y que no recurrió a Marx y Freud porque «no quería escribir un libro basado en la investigación científica actual, sino más bien que fuera el producto de una reflexión nueva sobre el tema». También respondió a quienes le reprocharon que en el libro no apareciera…
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Tertuliano y Chesterton
Tertuliano, uno de los primeros apologistas del cristianismo, nacido en Cartago hacia el año 155, decía que Dios era material. Se oponía a todo intento de conciliación con la sabiduría greco-romana y pensaba que lo grande del cristianismo era precisamente su irracionalidad: la muerte del hijo de Dios es creíble porque es contradictoria, y su resurrección es cierta porque es imposible. Se ha hecho célebre su frase Credo quia absurdum (Creo por que es absurdo), aunque en ssu escritos la expresión que se halla es Credo quia ineptum. Finalmente, acabó en la herejía, adhiriéndose al montanismo. A veces pienso que Tertuliano era una especie de Chesterton de la Antigüedad:…