• 2.7 Conclusión

    Sólo queda por comentar una cuestión que es tal vez la central en todo estudio de la ética aristotélica: el de su misma definición. La de Aristóteles es el ejemplo más repetido y el modelo más señalado de ética eudemonista, y además teleológicamente eudemonista. Sin embargo, ambos conceptos nos son tan trasparentes, ni su aplicación tan evidente como pueda parecer. Si no un error, la definición de la ética aristotélica como eudemonista puede ser una gran simplificación, o la descripción de un hecho trivial, pero no carente de consecuencias. ¿Es la ética de Aristóteles, en definitiva, eudemonista? Parece serlo, desde el momento en que el propio Aristóteles así lo afirma,…

  • 1.8 ¿Cómo se puede acceder a la felicidad?

    Vuelve con esto Aristóteles a una pregunta que se hacía al principio y a la que no me he referido en su momento (para poder hacerlo aquí de un modo más completo): si la felicidad radica en nosotros o si es exterior, y, si radica en nosotros, si puede adquirirse por la costumbre, el estudio o algún otro ejercicio[1]. En efecto, al inicio de su tratado, planteaba Aristóteles el hecho de que, al parecer, “para ser capaz de ser competentemente un discípulo de las cosas buenas y justas, y en suma de la política , “es menester que uno haya sido bien conducido por sus costumbres”[2]. El punto de partida,…

  • 1.7 Bienes exteriores: del cuerpo y del alma

    Una vez alcanzado este punto, se pueden comparar los diversos bienes que puede obtener el hombre: exteriores, del cuerpo y del alma[1].Para Aristóteles, los bienes del alma son los más importantes[2], pero no por ello hay que subestimar los exteriores[3], y tampoco incluso la buena suerte[4]. Tampoco habrá que despreciar de modo absoluto los bienes del cuerpo[5]. ************* [1] “Divididos, pues los bienes en tres clases, los llamados exteriores, los del alma y los del cuerpo” (1098b,10-15). [2] “…decimos que los del alma son los más importantes y los bienes por excelencia (1098b, 10-15). [3] “Pero es evidente que la felicidad necesita también de los bienes exteriores… pues es imposible…

  • 1.1 Bienes y fines. La política y el bien supremo

    Antes de proseguir, sin embargo, Aristóteles, se ve en la obligación de advertir que la política no es una ciencia exacta, por lo que no se debe esperar de ella proposiciones demostrativas. Con ello, la ética de Aristóteles choca frontalmente con proyectos como el de Spinoza, de exponer la ética more geométrico

Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau
Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau