• Defensa del error por Milton y Selden

    Esto que Milton atribuye a Selden recuerda mucho a algunos de los mejores pasajes escritos siglos después por Stuart Mill en Sobre la libertad: “Selden demuestra… que todos los pareceres, es más, todos los errores, conocidos, leídos y cotejados, son de capital servicio y valimiento para la ganancia de la verdad más cierta”. (Areopagítica) John Selden,  considerado por Milton el más sabio de la época, es un personaje muy interesante, gran  experto en leyes y en religión comparada, hizo esa defensa del error en un libro dedicado a la ley natural y el derecho de gentes entre los hebreos: De jure naturali et gentium juxta disciplinam Ebraeorum, en 1640. También el propio Milton…

  • Aristóteles no dogmático

    Aristóteles, se ve en la obligación de advertir en su Ética a Nicómaco (?) que la política no es una ciencia exacta, por lo que no se debe esperar de ella proposiciones demostrativas: “Las cosas nobles y justas que son objeto de la política presentan tales diferencias y desviaciones, que parecen existir sólo por convención y no por naturaleza (1094b,15-20). Por ello, hemos de contentarnos con mostrar la verdad de un modo tosco y esquemático… porque es propio del hombre instruido buscar la exactitud en cada materia en la medida en que lo admite la naturaleza del asunto” (1094b,20-25) Con ello, la ética de Aristóteles choca frontalmente con proyectos como…

  • Programas de investigación deductivos

    No se puede decir de una manera absoluta que sea imposible llevar a cabo un programa filosófico deductivo (deducir todo a partir de ciertas premisas o principios). Sin embargo, ese tipo de programas plantea dificultades de todo tipo, que lo hacen muy poco plausible: 1) Hay que saber cuáles son las premisas correctas de las que partir. 2) Hay que dar por supuesto que en la realidad existe una continuidad absoluta. 3) Incluso aunque se dé una continuidad tal en la naturaleza, puede que haya lagunas entre uno y otro territorio. Hoy en día, por ejemplo, existe un hiato que separa la física de la química. Es decir, no se…

  • El sueño de Leibniz

    Podemos imaginar que Descartes es un personaje soñado por Leibniz. Cuando Leibniz se va a dormir, en su sueño aparece Descartes, que empieza a filosofar y a decir que, puesto que piensa, entonces existe. Pero entonces Leibniz se despierta y recuerda el sueño con gran precisión. Se ríe de ese personaje soñado que se cree real. Un día, Leibniz deja de soñar con Descartes. Fin de Descartes. Se dirá: “¡Ah, pero entonces es que Descartes es Leibniz!”. A lo que yo respondo con una pregunta: “¿Usted es todos los personajes de sus sueños?” Si seguimos por este camino, nos encontraremos con diversas variantes: Leibniz sueña con Descartes sólo las noches en que toma una copa…

  • El programa de investigación de Descartes

    Principios de la filosofía comienza con un prefacio de Descartes en el que comenta al traductor (el original era en latín, por lo que se dirige al traductor francés) la conveniencia de explicar el  contenido del libro. A Descartes le preocupa que el publico se sienta cohibido por el título de la obra y pone bastante cuidado en explicar qué son esos “principios” a los que se refiere el título de su obra: “Para que el conocimiento sea  tal,  es necesario que se deduzca de las primeras causas, de suerte que, para tratar de adquirirlo, y a esto es a lo que se llama propiamente filosofar, es preciso empezar por…