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Enfermos imaginarios
Comenté un día con Ángeles a propósito de las aprensiones de su hermano: «¿No será que la gente que se queja de dolencias que todos consideran imaginarias están dotados de una acentuada sensibilidad? Es decir: a lo largo de nuestra vida se van produciendo en nuestro organismo pequeñísimos cambios, que luego nos pasan factura en la vejez.