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Las comparaciones no son odiosas
En «Un enlace casual en Google» conté cómo llegué de manera azarosa a una página dedicada a los dioses de Khemi. Cuando lo leí me vinieron a la memoria algunos mitos griegos semejantes a los que cuenta Jaime E. Cabria acerca de la eneada heliopolitana. No digo que los mitos griegos que se me ocurrieron procedan de Egipto, aunque es muy posible que en algunos casos fuera así, sino que tan sólo me limite a notar sus semejanzas. Se me ocurrió entonces un método creativo, que consiste en hacer comparaciones automáticas, imitando los métodos del pensamiento automático de los dadaístas o los surrealistas (o los psicoanalistas). El método consiste en, al leer…
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Pi y la Biblioteca
Al ver la signatura del libro de Luria Atención y memoria, me he acordado de una idea que tuve hace muchos años en la Biblioteca: pedir el libro cuya signatura fuera el número pi. La del libro de Luria es 3-146075. Sería estupendo buscar todos los libros con un número significativo: pi, e, mi fecha de nacimiento, el día de hoy (24 de diciembre de 2003), etcétera. Se podrían producir así, tal vez, hermosas casualidades o felices descubrimientos. El problema es que creoo que no se pueden buscar los libros por la signatura en la Biblioteca. NOTA EN 2014 He consultado en el catálogo digital de la Biblioteca Nacional, con una…
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Un enlace casual en Google
Creo que en algún lugar de esta web he contado el proceso azaroso que seguía hace años en la Biblioteca Nacional para encontrar libros inesperados. Como no estoy seguro, lo cuento de nuevo. Resulta que nos movemos en círculos. Leemos un libro en el que se menciona a un autor que nos interesa y entonces leemos a ese autor. De esta manera, de libro en libro, por recomendaciones de amigos o recensiones en periódicos, vamos ampliando nuestro círculo de lecturas. Pero, por mucho que se amplie el círculo, siempre acaba siendo un círculo más o menos cerrado. Cuando tiene cierta amplitud, ya resulta difícil encontrar algo que no remita…
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INVENTARIO
|| Búsqueda azarosa
Me gusta mucho la búsqueda azarosa. Encontrar cosas no previstas. Ahora (2003) en la Biblioteca suelo buscar los libros con el ordenador y no consulto los ficheros manuales. Cuando sólo había ficheros manuales, solía consultarlos de manera aleatoria. Me ponía al azar delante de uno de ellos, por ejemplo caminando a ciegas, lo abría sin mirar y metía mi mano entre las fichas. Entonces pedía los libros de las cinco primeras fichas. De este modo descubrí algunos libros y autores que no habría podido descubrir siguiendo un método ordenado. Sucede que, querámoslo o no, nos movemos siempre dentro de círculos. Leemos a un autor que nos lleva a otro, o…