• Canetti y los libros para especialistas

      En el prólogo a Masa y Poder escrito por Juan José del Solar Bardelli, se comenta la ausencia de Marx y Freud (y Levi-Strauss) en el libro de Canetti: «La omisión de toda referencia a estos y otros autores fue considerada herética, así como la ausencia de metodología». Canetti contó, tiempo después, que a Levi-Strauss no lo había leído al publicar su libro, y que no recurrió a Marx y Freud porque «no quería escribir un libro basado en la investigación científica actual, sino más bien que fuera el producto de una reflexión nueva sobre el tema». También respondió a quienes le reprocharon que en el libro no apareciera…

  • Programas de investigación deductivos

    No se puede decir de una manera absoluta que sea imposible llevar a cabo un programa filosófico deductivo (deducir todo a partir de ciertas premisas o principios). Sin embargo, ese tipo de programas plantea dificultades de todo tipo, que lo hacen muy poco plausible: 1) Hay que saber cuáles son las premisas correctas de las que partir. 2) Hay que dar por supuesto que en la realidad existe una continuidad absoluta. 3) Incluso aunque se dé una continuidad tal en la naturaleza, puede que haya lagunas entre uno y otro territorio. Hoy en día, por ejemplo, existe un hiato que separa la física de la química. Es decir, no se…

  • El sueño de Leibniz

    Podemos imaginar que Descartes es un personaje soñado por Leibniz. Cuando Leibniz se va a dormir, en su sueño aparece Descartes, que empieza a filosofar y a decir que, puesto que piensa, entonces existe. Pero entonces Leibniz se despierta y recuerda el sueño con gran precisión. Se ríe de ese personaje soñado que se cree real. Un día, Leibniz deja de soñar con Descartes. Fin de Descartes. Se dirá: «¡Ah, pero entonces es que Descartes es Leibniz!”. A lo que yo respondo con una pregunta: «¿Usted es todos los personajes de sus sueños?» Si seguimos por este camino, nos encontraremos con diversas variantes: Leibniz sueña con Descartes sólo las noches en que toma una copa…

  • 1.1 Bienes y fines. La política y el bien supremo

    Aristóteles constata, en primer lugar, que toda actividad humana tiene un fin, y considera que los bienes son precisamente aquello a lo que se tiende en cada arte, oficio o actividad[1]. Asentada esta concepción teleológica, que permite a Aristóteles intercambiar los términos bien (agathón) y fin (télos) en el curso de una argumentación[2], es comprensible que considere como bien supremo aquél al que se aspira por sí mismo, y no para alcanzar otro bien[3]. Puesto que todas las artes y ciencias tienen un fin u objeto diferente[4], hay que suponer que a ese bien supremo al que están subordinados los demás bienes habrá de corresponder a la ciencia más importante,…

  • 1.7 Bienes exteriores: del cuerpo y del alma

    Una vez alcanzado este punto, se pueden comparar los diversos bienes que puede obtener el hombre: exteriores, del cuerpo y del alma[1].Para Aristóteles, los bienes del alma son los más importantes[2], pero no por ello hay que subestimar los exteriores[3], y tampoco incluso la buena suerte[4]. Tampoco habrá que despreciar de modo absoluto los bienes del cuerpo[5]. ************* [1] “Divididos, pues los bienes en tres clases, los llamados exteriores, los del alma y los del cuerpo” (1098b,10-15). [2] “…decimos que los del alma son los más importantes y los bienes por excelencia (1098b, 10-15). [3] “Pero es evidente que la felicidad necesita también de los bienes exteriores… pues es imposible…